Seguramente te has de preguntar ¿por qué todo lo malo para la salud nos parece rico?, o por qué últimamente la noticias sobre nutrición desmoraliza a cualquiera.
Está claro que nuestro cerebro está diseñado para sentir atracción por alimentos muy energéticos, que nos suministran mucha energía en poco rato, como el caso de los zumos o jugos de frutas, de los cuales, hasta hace poco, se pensaba eran un buena fuente de vitaminas, porque es natural.
Sin embargo, los expertos en nutrición han desmentido tal creencia, pues al quitarle a la fruta toda la fibra, la absorción de los azúcares suele ser más rápida.
Además, para hacer un zumo se necesita de cuatro a cinco naranjas, por lo que acabamos consumiendo más calorías en forma de azúcares sin la correspondiente fibra. Entonces, al no masticar, la saciedad es menor.
Lo anterior, explicado por la directora española de nutrición KOA, Anabel Fernández, no quiere decir que tengan que prohibirse en nuestra dieta diaria, sino regular su consumo.
Tomar dos litros de zumo al día ‘porque es fruta y la fruta es sana’ es un sinsentido como comerse quince manzanas diarias, por ejemplo, explicó la especialista al portal El País.
Por lo tanto, nunca será comparable beberse un zumo con ingerir únicamente la pieza de fruta.
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