En temporada de fríos, es muy común contraer resfriados y provocar malestares en diversos sectores de la población. Es importante aprender a distinguir estos síntomas de otros más graves, pero primero, debemos entender cómo entra un virus a nuestro cuerpo.

De acuerdo con Consultorio, un apartado de la edición 527 de la revista Profeco, el virus del resfriado entra a tu cuerpo a través de la boca, ojos o nariz. Se puede propagar a través de gotas en el aire cuando alguien que estaba enfermo tose, estornuda o habla. Así como el contacto directo o a través de objetos de uso compartido, como teléfonos, toallas o herramientas. Ese contagio es mayormente posible durante los primeros 2 a 3 días que se porta el virus. Por eso es importante controlar la limpieza y generar mejores hábitos.

Regularmente, los síntomas empiezan a presentarse dos o tres días después de la exposición al virus que causa el resfriado, aunque podrían demorar hasta una semana. El resfriado común, en la mayoría de los casos, provoca secreción nasal, congestión y estornudos, que pueden ser acompañados por dolor de cabeza, tos, dolores musculares, carraspera e irritabilidad de los ojos.

Es importante tomar en cuenta que los adultos y los niños mayores con resfriados generalmente no presentan fiebre o la tienen muy baja. Los niños pequeños, por el contrario, a menudo generan fiebre de hasta 38.8ºC.

Ahora, la diferencia entre un resfriado y la gripe está en la intensidad del virus y los síntomas. Por ejemplo, la gripe da de un día para otro y se presentarán la mayor cantidad de síntomas y más fuertes. Además, el resfriado solo dura unos pocos días y con la gripe, una atención oportuna puede disminuir los síntomas considerablemente.

La mejor forma de evitar estos virus es teniendo buenos hábitos alimenticios, de higiene y de cuidado personal. Lavarse las manos, limpiar áreas comunes, desinfectar objetos y usar pañuelos desechables al estornudar o toser evitan la propagación del virus.

Por otro lado, la alimentación rica en vitamina C, evitar cambios bruscos de temperatura, estar bien hidratado, evitar el cigarro, dormir bien y hacer deporte favorecen a nuestro cuerpo y al sistema inmunológico para ser más fuertes en caso de un contagio.

Recuerda que el estornudo de etiqueta llegó para quedarse, que si te cuida tú, nos cuidamos todos y lo más importante, si los síntomas agravan, consulta a tu médico.

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