A un año de que se detectará el primer caso de Covid-19 en México, escuchar hablar de que necesitamos cuidar nuestro sistema inmunológico es algo que continua vigente, y como no existe un sólo alimento o actividad para ello, enlistamos una serie de pasos básicos para recordar cómo hacerlo.
¿Cómo estamos interactuando en pandemia?
Movimiento, descanso y alimento
En el contexto del lanzamiento del producto Quaker 3 Minutos, donde se anunció que mejoró su fórmula añadiendo vitaminas y minerales para ayudar a reforzar el sistema inmune, se mencionó que “existe evidencia científica que indica que algunos cambios en el estilo de vida pueden estimular su salud y mantenerlo más fuerte y alerta ante las infecciones”.
Estos son algunos de ellos:
Muévete. Estudios sugieren que un mínimo de 150 minutos de actividad física a la semana ayuda a promover la salud y el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, ayudando a fortalecer el sistema inmune. Una buena idea es realizar alguna actividad cardiovascular, por ejemplo: caminar, correr o andar en bicicleta.
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Descansa. El sueño es el momento en que nuestro cuerpo puede repararse a sí mismo y eso incluye la producción de células T, que ayudan a combatir las infecciones. Además, al privarnos de horas de sueño, el cuerpo produce más cortisol una hormona que nos permite mantenernos despiertos y alerta. Sin embargo, cuando producimos cortisol durante periodos de tiempo prolongados o en horas que deberían ser de descanso (derivado de muchas noches sin dormir lo suficiente o altas cargas de estrés), disminuye la respuesta del sistema inmune lo que puede hacernos más propensos a contraer ciertas enfermedades.
Alimentación. Una de las características del sistema inmunológico es que se está renovando todo el tiempo. Las células toman los nutrimentos de los alimentos para favorecer su función de defensa. Entre más variedad de nutrimentos obtengamos a través de la alimentación, nos aseguramos de que el organismo obtenga los que necesita para mantener el sistema inmune en buenas condiciones.
Una alimentación rica en frutas, verduras y granos enteros es un gran primer paso, además de ciertas vitaminas y minerales conocidos por su aporte nutrimental:
- Hierro: ayuda al crecimiento de las células del sistema inmune.
- Zinc: ayuda a que las células del sistema inmune se reproduzcan y actúa como antioxidante, el cual protege a las células.
- Vitamina A: mejora la respuesta del cuerpo frente a las infecciones.
- Vitamina B12: apoya a la formación de glóbulos rojos en la sangre que a su vez
- promueven el buen funcionamiento de las células de defensa.
- Ácido fólico: vitamina esencial para la producción de anticuerpos.
Aunque existen alimentos que tienen un aporte de algunos o varios de estos nutrimentos, es importante mantener una alimentación variada para obtener todos los nutrimentos que el cuerpo necesita. Así como cuidar el tamaño de las porciones de alimentos y bebidas que consumimos, la frecuencia y moderación.
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