Mientras el mundo espera ansiosamente que las vacunas Covid-19 pongan fin a la pandemia, usar una máscara para ayudar a prevenir la transmisión viral se ha vuelto más o menos obligatorio a nivel mundial. Aunque muchas personas abrazan el uso de máscaras y se adhieren a los consejos de salud pública, algunos se rebelan y argumentan que se les ha impuesto el uso de una máscara contra su voluntad.
Con el uso de máscaras y el distanciamiento social, depende de la persona decidir si cumple o no, pero lo que influye en el cumplimiento no es sencillo. Los factores demográficos como el nivel de ingresos, la afiliación política y el género se han asociado con si las personas eligen usar una máscara y la distancia social.
Sin embargo, la psicología puede ayudar a explicar por qué ocurren las diferencias de comportamiento. Investigaciones anteriores han demostrado que factores psicológicos, como la percepción de riesgo de un individuo y la tendencia a comportamientos de riesgo, influyen en la adherencia a los comportamientos de salud. Esto se está viendo en la pandemia actual.
Un estudio previo a la impresión (que aún no ha sido revisado por pares) ha demostrado que una mayor propensión a tomar decisiones arriesgadas va de la mano con una menor probabilidad de usar una máscara de manera adecuada o mantener el distanciamiento social. En otra investigación, las percepciones del riesgo de Covid-19 se citan como un factor determinante de si las personas deciden distanciarse socialmente.
Y también puede haber una explicación psicológica adicional: el fenómeno de la “reactancia psicológica”. Aquí es donde las personas creen vehementemente que tienen libertad para comportarse como quieran y experimentan emociones negativas cuando esta libertad se ve amenazada, y por lo tanto se motivan para restablecerla.
Esto significa que cuando se les dice que usen una máscara y se distancien socialmente, algunas personas pueden percibir que su libertad de comportamiento está amenazada. Luego siguen la ira y otras emociones negativas. Para reducir estos sentimientos incómodos, estas personas pueden intentar restaurar su libertad al no seguir el consejo.
El problema potencial de la reactancia psicológica se ha debatido desde el inicio de la pandemia y ahora se está investigando específicamente en relación con las máscaras, señalan Helen Wall, Alex Balani y Derek Larkin, investigadores de la Edge Hill University.
Así como la psicología puede ayudar a explicar por qué las personas pueden rechazar las máscaras, también puede ofrecer orientación sobre cómo hacer que las acepten. Se puede utilizar una variedad de técnicas de la psicología social para persuadir a las personas de que cumplan con los consejos de salud, como el uso de máscaras y el distanciamiento social.
Un método de persuasión clave es retratar el consenso. Cuando le muestras a las personas que una actitud es compartida por otros, es más probable que la adopten. Ver a alguien con una máscara aumenta las probabilidades de que otros hagan lo mismo. Por lo tanto, las estrategias de persuasión podrían centrarse en que las personas perciban el uso de máscaras como algo generalizado.
También sabemos por estudios anteriores que es más probable que las personas cumplan con las pautas de salud pública si son claras, precisas, simples y consistentes, y si confían en la fuente.
Pero es probable que la eficacia de este tipo de enfoques de “talla única” para la persuasión y el cambio de comportamiento sea limitada. Los hallazgos iniciales en la persuasión personalizada sugieren que podría ser más efectivo probar enfoques personalizados para las personas, basados en características clave.
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