En México tres de cada diez personas (29.3%) de la población se ubica en los grados alto y muy alto de vulnerabilidad, ante la Covid-19, por la existencia de una infraestructura de salud escasa, producción económica precaria y acceso limitado a medios de comunicación, informó la Universidad Nacional Autónoma de México, al demandar que se requiere tomar medidas de prevención de contagio, dado que en esos municipios los efectos serán “más graves”.
Al desarrollar el Índice de vulnerabilidad, los investigadores dijeron que la mayor incidencia se concentra en los municipios más marginados del país, ubicados en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde el acceso a servicios de salud es limitado, en la Huasteca Veracruzana y Poblana, así como en el sur de Durango, Sierra Tarahumara y en Yucatán.
El 7.5% de la población nacional presenta un grado crítico de vulnerabilidad, pues se concentra en municipios rurales con el porcentaje más alto de personas mayores de 60 años y una importante población indígena, además de que dichos municipios cuentan con escasos servicios de salud y presentan tasas de marginación muy por arriba de la media nacional.
El índice clasifica cuatro grados de vulnerabilidad: medio, alto, muy alto y crítico, y revela que el 63% de la población mexicana vive en municipios con vulnerabilidad media, en grandes centros urbanos que cuentan con la mayor infraestructura de salud y la mayor capacidad económica.
De los hallazgos de los investigadores de los Institutos de Geografía, Geofísica e Investigaciones en Matemáticas Aplicadas, así como de las Facultades de Medicina y Ciencias, además de la Coordinación de la Investigación Científica, recomendaron que “es imperativo aumentar y mantener las medidas de prevención del contagio en municipios con vulnerabilidad muy alta y crítica, aunque no presenten casos, dado que los efectos en estos municipios serán más graves”
El grupo de investigadores que realizaron el estudio pidieron evaluar el posible levantamiento anticipado de las medidas de mitigación de contagio en municipios de vulnerabilidad muy alta o crítica sin haber controlado la epidemia en otros municipios, específicamente aquellos con los que tengan mayores vínculos socioeconómicos”.
También se propone realizar campañas especiales en municipios con un alto grado de migración de retorno, por tener un mayor grado de exposición.
Se sugiere plantear la elaboración de planes de protección económica para los municipios más vulnerables, que les permita resistir la contingencia y recuperarse posteriormente.
Al reconocer que la epidemia tiene efectos diferenciados en cada lugar y que éstos varían de acuerdo con una serie de características poblacionales, académicos de la UNAM desarrollaron este trabajo de mapas en tiempo real que sugieren que, aunque toda la población es susceptible al contagio, existen grupos sociales más vulnerables que otros. Con esto en mente, dicho índice considera tres dimensiones de vulnerabilidad: demográfica, de salud y socioeconómica.
La dimensión demográfica integra características de la población municipal que pueden ser factores que aumentan la vulnerabilidad, tales como el porcentaje de población mayor a 60 años.
También se considera el porcentaje de población indígena, pues estos grupos podrían tener mayor grado de vulnerabilidad por motivos de discriminación en la prestación de servicios de salud, o debido a una menor capacidad de comunicación con personal médico que no hable lengua indígena.
Visto desde la dimensión de salud, el índice está conformado por variables como la infraestructura instalada de salud y el personal médico disponible, de manera que aquellos municipios que dispongan en menor grado de los recursos serán más vulnerables.
Otros rubros que complementan esta dimensión son el total de camas hospitalarias de cuidados intensivos, y los principales factores de morbilidades asociadas a complicaciones de Covid-19-19 (diabetes, hipertensión, sobrepeso y enfermedades respiratorias).
La dimensión socioeconómica incluye el índice de marginación de cada municipio a través del grado de educación, características de las viviendas (agua, electricidad, drenaje, piso de tierra), condiciones de hacinamiento y la dispersión de la población en el territorio. También integra el porcentaje de población sin servicios de salud, además del promedio de medios de comunicación dentro de cada vivienda.
El índice puede además cruzarse con distintas variables como la migración para así conocer el grado de vulnerabilidad de los municipios con la mayor probabilidad de migración de retorno, lo que implicaría mayor exposición. De esta forma se pueden realizar campañas de prevención de contagio dirigidas a municipios específicos.
Hasta la tercera semana de abril de 2020, el número de contagios se presenta en municipios de marginación media, por tratarse de grandes centros urbanos que concentran una mayor disponibilidad de servicios de salud y mayor capacidad económica.
No obstante, la vulnerabilidad de los municipios donde aún no hay contagios es la más alta y crítica, lo que podría tener fuertes efectos negativos en las economías locales. Es en estos municipios en que se debe buscar mayor prevención de contagios, pues además de la precariedad económica, los servicios de salud están en gran medida ausentes.