Por la facilidad de almacenarlas y su practicidad a la hora de ‘cocinarlas’ llevan a muchas personas a recurrir a estas sopas que prometen alimentarte, pero ¿sabes en realidad qué les estás dando a tu cuerpo?
Para empezar este tipo de productos procesados contiene Glutamato Monosódico (GMS), un concentrado que se extrae de plantas como el betabel o la caña de azúcar, cuya función es hacer que la lengua resulte más receptiva a los condimentos.
De acuerdo con la revista del consumidor de la Profeco, varias organizaciones han opinado respecto al GMS, como el Comité Mixto FAO/ OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) quien lo ha declarado inocuo con una "ingesta diaria admisible no especificada". Esto significa que, aunque existen personas que presentan síntomas adversos por su consumo, los científicos afirman no haber encontrado, hasta ahora, reacciones consistentes.
Sin embargo, los detractores de este aditivo alimenticio aseguran que existen investigaciones que prueban su relación con síntomas como dolor de cabeza, sofocación, taquicardia e incluso dificultad para respirar.
En cuanto a sus nutrientes, el organismo público señala que regularmente estas sopas NO aportan nutrientes y el sabor que aportan no es a base de vegetales o carne, sino de una serie de saborizantes artificiales que no son buenos para el organismo.
Y es que los alimentos procesados como los instantáneos suelen contener sal en exceso por lo que su consumo tiene consecuencias graves para la salud, por ello lo recomendable es cocinar sopas en casa, cuyos ingredientes adicionales como vegetales, cereales o crema, las hacen más nutritivas.
PARA SABER MÁS
- Lo Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no consumir más de 2 mil miligramos de sodio al día, es decir, no más de cinco gramos de sal.
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