El local 21 del Mercado de los Artesanos de Tlaxcala está lleno de colores, pues Marcial Ochoa, un artesano originario de Guerrero, ha hecho de la palma su estilo de vida y de Tlaxcala su hogar desde hace casi dos décadas.

Este maestro de las fibras naturales crea bolsas, sombreros, tapetes y joyería para vender, pero también para enseñar su oficio a las nuevas generaciones de artesanos, especialmente en fechas de celebración como lo son Día de Muertos y Navidad.

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NAVIDAD CON TRADICIÓN

Esta temporada navideña, el local de Marcial se ha llenado de espíritu festivo. Desde el primer día de diciembre ofrece esferas de palma tejidas y figuras elaboradas con totomoxtle, como imágenes religiosas y coronas navideñas, ideales para adornar los hogares de quienes buscan decoraciones tradicionales.

Nuestras piezas tienen el detalle de que la diseñamos al gusto del cliente. Si alguien viene con una idea o un diseño en mente, lo hacemos. Pero también hacemos las típicas de cada año. Desde septiembre nosotros estamos trabajando en las figuras de Navidad, explicó en entrevista.

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Además de preservar una tradición que forma parte del arte popular mexicano, este tipo de decoraciones son muy amigables con el medio ambiente, pues reducen el uso de plásticos, así como de emisiones de carbono para aquellos productos que viajan largas distancias hasta llegar a su destino.

LA ARTESANÍA COMO ESTILO DE VIDA

Marcial Ochoa se ha dedicado toda su vida a desarrollar la artesanía de palma, pero también a expandirla. En su familia, todos participan en el negocio, incluso su nieto, de apenas cuatro años, ya da sus primeros pasos en el tejido de la palma, de acuerdo con el artesano que ya se considera un tlaxcalteca orgulloso.

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“Me quedé en Tlaxcala porque aquí se come bien y se vive bien. Ya tenemos un hogar, aunque también llevo mi artesanía a otras partes de la República”, cuenta el nómada nato, pues aunque cuenta con un local, a menudo se le encuentra en las calles y eventos de la ciudad capital ofreciendo sus piezas.

Desde siempre nuestra familia ha trabajado con la palma. Es un oficio que nos une y nos da sustento y ver a mi nieto aprendiendo y ayudando me gusta porque así sé que esto no se va a perder. Mis hijos igual hacen artesanía y están en otras partes de México, cada quien trabajando lo suyo, narra.

Cabe destacar que no se trata de un trabajo fácil, pues en una sola pieza puede dedicar días o semanas enteras para que los detalles queden al gusto de los clientes y de ellos mismos. En ese sentido, señala que es importante reconocer el esfuerzo con un pago justo, que tampoco representa cifras alarmantes.

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Una corona de palma y totomoxtle de 40 centímetros de diámetro tiene un valor de 400 pesos, pero también se pueden encargar otras más pequeñas o de distintos colores. Mientras que las esferas tejidas para el árbol de Navidad rondan los 100 pesos.

• El Mercado de Artesanos está ubicado en la calle Xicohténcatl, atrás de la alcaldía capitalina, en el municipio de Tlaxcala.