Se les puede decir de diversas formas: tlayoyis, clacoyos, clacoyitos, tlatloyos, tlayoyos o tlacoyos, pero su origen es el mismo. Provienen del náhuatl tlatlaolli, que significa “maíz molido” y son un platillo icónico de la gastronomía típica mexicana que se caracterizan por el relleno de la semilla madre, pero ¿hay un nombre correcto para nombrarlos?
Ya que el nombre tlacoyo es una deformación de una palabra náhuatl tlatlaolli, lo óptimo para pronunciar el nombre de esta tortilla gruesa y rellena de diversos ingredientes es tlacoyo. No obstante, en Puebla y Tlaxcala muchas personas los llaman clacoyos, que deriva de la palabra original.
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Este fenómeno lingüístico no es exclusivo de la palabra, pues se remonta a la fusión de lenguajes en nuestro actual territorio, posterior a la llegada de los españoles. Incluso, topónimos como “Tlaxcala” u “Ocotlán” se deformaron por esas mismas razones pragmáticas.
LAS VARIANTES LINGÜÍSTICAS
Que unas personas llamen al antojito tlacoyo y otras clacoyo se debe a que las sílabas tla, tle, tli, tlo y tlu son grupos consonánticos poco comunes en español, es decir, hay una mínima cantidad de palabras que los utilizan y sin duda eso hace más dificultosa su pronunciación.
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Aunque existen palabras de origen griego y hebreo que incluyen estas sílabas, se cree que el grupo consonántico “tl” es proveniente del náhuatl, idioma del territorio mexicano en tiempos del Imperio Azteca.
Los españoles que llegaron a América fueron incorporando este fonema de tipo dentoalveolar lateral, en muchos casos con cambios para facilitar su pronunciación; sucedió esto en palabras como chocolate o tomate, que en náhuatl eran chocólatl y tómatl.
De esta forma los vocablos, al igual que muchos otros provenientes de otras regiones, se adaptaron al español peninsular y comenzaron a cambiar el sonido de “tl” por “cl”.
Hoy día, es común que muchos hablantes se expresen de esta forma de manera coloquial y, aunque no es lo más adecuado, sí es importante aclarar que corresponde a una de las inmensas variantes lingüísticas que existen en México, las cuales cumplen su función siempre que se concrete la comunicación entre pares.
LAS VARIANTES GASTRONÓMICAS
Se cree que el tlacoyo era utilizado por los indígenas de Mesoamérica como “itacate” al hacer largos viajes. Sobre los tlacoyos durante la época prehispánica, Fray Bernardino de Sahagún en “Historia general de las cosas de Nueva España” escribió:
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«Usaban también muchas maneras de tortillas para la gente común. Una manera della se llaman tianquiztlacualli; quiere decir “tortilla o tamal que se vende en el tiánguez”. Otra manera del tiánguez, que se llama íztac tlaxcalli etica tlaoyo, quiere decir “tortilla muy blanca que tiene de dentro harina de frijoles no cocidos”. […]»
Aunque esa es la primera forma de preparación de los tlacoyos, sus sabores y formas han cambiado con el paso del tiempo. De acuerdo con el libro “Así se come en Tlaxcala” de Yolanda Ramos Galicia, los tlacoyos en la zona centro de Tlaxcala y Puebla van rellenos de haba, ayocotes o frijoles, aderezados con hojas de aguacate.
Por otra parte, comensales en municipios como Teziutlán, Cuetzalan, Xochiapulco o Zacapoaxtla pronuncian tlayoyos y éstos van rellenos de alverjón o “tlalitos”, que son los asientos o sobrantes de la fritura de chicharrón.
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Otras comunidades hacen la diferencia de nombres a partir de la forma que se le da a la pieza. Pronuncian “tlatloyo” a los antojitos, que son largos y formados en una sola pieza, similar a la de un cocol; a diferencia de los “tlacoyos”, que van doblados a modo de quesadilla.
Eso sí: sean unos u otros, al momento de servirlos uno puede elegir si se comen solos o se acompañan con crema, queso, salsa, nopales, cebolla y cilantro. Las posibilidades se vuelven enormes ante este platillo mexicano delicioso para chicos y grandes.
Aunque existen palabras de origen griego y hebreo que incluyen estas sílabas, se cree que el grupo consonántico “tl” es proveniente del náhuatl, idioma del territorio mexicano en tiempos del Imperio Azteca.