Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), en México, cinco millones de hombres se llaman José y, muy probablemente, la mayoría de ellos son llamados “Pepe” por sus amigos y familiares. Este cambio en el lenguaje es un ejemplo de hipocorístico, la manera peculiar de llamar a las personas de forma cariñosa.
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Por lo regular, los hipocorísticos reducen los nombres como “Mari” en lugar de “María” o unen dos sílabas provenientes de un par de nombres como “Malú” en lugar de “María Luisa”. No obstante, el caso de José resulta interesante por ser una deformación absoluta. A continuación, te contamos la histórica explicación.
El Pater Putativo de Jesucristo
La teoría más extendida sobre el origen del nombre “Pepe” es explicada por National Geographic a partir de las siglas de Pater Putativus, Padre Putativo (P.P.), que durante siglos se ha utilizado para sustituir el nombre de san José, el esposo de la virgen María, el cual aparece en numerosos textos religiosos.
Más adelante, la expresión Pater Putativo se sustituyó por las siglas P.P., que podrían haber dado origen al apelativo Pepe.
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Del español Josepe
Una explicación menos difundida es la del nombre en español de José, que era Josepe. Así es como aparece en textos de los siglos XV y XVI. Del mismo modo que en España, en Italia, del nombre Giuseppe habrían derivado los apelativos Peppe, Beppe o Geppe, por la cercanía de sus sonidos.
La importancia de llamarse José
En el siglo XV, el papa Sixto IV instauró por primera vez el día de San José y lo introdujo en el Breviario romano. A partir de 1870, el papa Pío IX proclamó a San José Patrono Universal de la Iglesia.
Actualmente, los Pepe celebran su santo el 19 de marzo y de acuerdo con datos del Inegi, seguirán siendo tendencia a la hora de nombrar bebés varones.