Cuando se habla de maquillaje, las brochas son herramientas esenciales que permiten la aplicación precisa y uniforme de productos sobre el rostro. No obstante, una práctica que a menudo se pasa por alto es la limpieza regular de estos instrumentos que contienen compuestos dañinos para la piel y los productos que se aplican.

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¿QUÉ OCURRE CON LAS BROCHAS Y LA PIEL?

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Las brochas de maquillaje están en constante contacto con el rostro, lo que las convierte en un foco rojo de bacterias, células muertas de la piel, aceites y residuos de productos. Si no se limpian regularmente, estos contaminantes pueden acumularse y transferirse a la piel, lo que provoca problemas dermatológicos como el acné, irritaciones y reacciones alérgicas.

Cabe recordar que la piel del rostro es la más sensible del cuerpo, por lo tanto, la más susceptible a afecciones por agentes externos que bien se pueden prevenir.

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Por otro lado, una brocha sucia es sinónimo de un maquillaje mal aplicado. Los residuos de productos antiguos pueden mezclarse con los nuevos, sin mencionar que alteran su color y consistencia. Esto puede resultar en una apariencia desigual y poco profesional.

Los maquillistas profesionales sugieren que las brochas de maquillaje deben verse como una inversión. Aunque existen de diferentes gamas, mantenerlas en buen estado puede prolongar su vida útil significativamente. En cambio, los residuos acumulados y la falta de limpieza pueden dañar las cerdas y hacerlas menos efectivas o más propensas a desprenderse.

RUTINA DE LIMPIEZA

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Limpieza regular y adecuada es clave para asegura que tus brochas funcionen como el primer día. Para limpiar las brochas de maquillaje de manera efectiva, es importante seguir algunos pasos básicos.

1.Productos: Utilizar limpiadores específicos para brochas, jabones suaves o champú para bebés puede ser una excelente opción. Estos productos eliminan la suciedad sin dañar las cerdas.

2.Técnica: Moja las cerdas con agua tibia, aplica el limpiador y masajea suavemente hasta formar espuma. Enjuaga bien hasta que el agua salga clara. Evita mojar el mango para prevenir que el pegamento se debilite.

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Después de enjuagar, elimina el exceso de agua con una toalla limpia y deja secar las brochas al aire en posición horizontal o con las cerdas hacia abajo para evitar que el agua se acumule en la base.

3.Frecuencia: Idealmente, las brochas deben limpiarse una vez por semana, especialmente aquellas utilizadas para productos líquidos o en crema. Las brochas para polvos pueden limpiarse cada dos semanas.

La limpieza de las brochas de maquillaje es una práctica esencial que no debe pasarse por alto. Al mantenerlas limpias, no solo se protege la salud de la piel y se mejora la calidad del maquillaje, sino que también se asegura la longevidad de las herramientas. En conclusión, una piel saludable y un maquillaje impecable comienzan con herramientas limpias.