Dicen que “al amor lo pintan ciego”, pero a veces también lo pintan violeta. Y es que los caminos de flores que dejan las jacarandas en las calles de Tlaxcala son hermosos, pero también son muestra de una alteración ecosistémica.
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La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad define a las especies exóticas invasoras como aquellas plantas que llegaron como resultado de actividades humanas.
De acuerdo con Ciencia UNAM, los árboles de jacaranda se extendieron por todo el territorio nacional gracias al jardinero japonés Tatsugoro Matsumoto, quien hace más de un siglo comenzó a sembrar este árbol en las principales avenidas de la capital del país. Su idea original era sembrar árboles de cerezo, pero las condiciones climatológicas de México no lo permitieron.
En ese sentido, las jacarandas son consideradas una especie invasora, ya que altera la red de interconexiones con otros microorganismos de la zona y compite por los nutrientes de la flora endémica.
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Por otro lado, la falta de información al respecto de especies nativas en México ha propiciado que se privilegien las exóticas, lo cual representa no sólo una pérdida de nuestra biodiversidad, sino también de parte de nuestra cultura.
Finalmente, de estos árboles preocupan sus raíces robustas, las cuales rompen continuamente las aceras; y su gran altura generalmente provoca que las ramas se enreden con cables de luz.
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Las bondades de la planta
No todo es malo en esta historia. Las jacarandas también tienen muchos beneficios. Por ejemplo: durante las lluvias, sus copas sirven como amortiguadores y evitan la erosión; también, sus raíces cooperan para que la tierra de las plantas de alrededor no se pierda. De igual forma, ayuda como amortiguador en cambios de temperatura, como barrera rompevientos y para atenuar el sonido.
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Otro punto importante es que, como cualquier otro árbol, captura el carbono para crecer, esto es benéfico porque ese componente lo reemplazan como un contaminante y lo utilizan para desarrollarse.
Los beneficios psicológicos son una bondad que Ivonne Guadalupe Olalde Omaña, especialista en árboles del Instituto de Biología de la UNAM, trae a colación:
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siempre es más agradable salir y ver plantas que estar en ambientes con mucho concreto. Incluso también hay ganancias económicas, porque un lugar con más áreas verdes tiene mayor plusvalía que uno que no, sostiene.
Fuente:
Ciencia UNAM
https://ciencia.unam.mx/leer/1314/jacarandas-la-invasion-violeta-de-un-arbol