Las tuzas y los teporingos son dos especies de mamíferos cuya vital aportación al ecosistema resulta casi imperceptible por su pequeño tamaño. Conoce cuál es su relevancia en las cadenas tróficas del territorio que habitamos.
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La subterránea importancia de las tuzas
Las tuzas son roedores de pequeño tamaño que van de 12 a 30 centímetros de longitud y un peso no mayor a 200 gramos. La mayoría de las tuzas poseen pelo marrón o similar al color del suelo donde viven. Suelen habitar praderas, bosques, desiertos, valles y son especialmente abundantes en las zonas agrícolas donde edifican sus madrigueras bajo la tierra. Su dieta es estrictamente herbívora, pues se alimentan de las partes subterráneas de las plantas, como los tubérculos y las raíces.
El hecho de construir sus madrigueras bajo tierra permite la aireación del suelo e infiltración de agua, lo cual promueve el crecimiento de las plantas, así como introducir materia orgánica al subsuelo haciéndolos más fértiles; también son grandes dispersores de semillas las cuales transportan y almacenan para su posterior consumo; en muchas ocasiones estas semillas son olvidadas, favoreciendo que muchas de ellas germinen y se desarrollen árboles nuevos. Asimismo, consumen grandes cantidades de insectos que pueden ser considerados nocivos para la agricultura, de acuerdo con el Instituto de Ecología del Conacyt (Inecol).
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Actualmente se tienen pruebas de que los roedores son más importantes por los servicios ambientales que proveen que por los perjuicios que pueden tener en la siembra.
Teporingo, el conejo más tierno
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También conocido como zacatuche, este mamífero tiene un peso promedio de medio kilo y una longitud no mayor a 40 centímetros. Sus orejas y patas son cortas en comparación al de otras especies de conejo. Su pelaje es de fibras cortas color café con gris, que se camufla con los pastizales y rocas donde habita.
Según los estudios de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la dieta de un teporingo está constituida por al menos 73 especies de plantas y aunque el consumo de sus variantes es distinto en cada localidad, las gramíneas representan su principal fuente de alimento.
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Al consumir grandes cantidades de las partes vegetativas y reproductivas de pastos, árboles y arbustos, los animalitos participan en la regulación de la densidad poblacional de la vegetación mientras dispersan las semillas a través de la deposición de sus excretas, así como por el transporte que hacen al acarrearlas sobre su piel.
Asimismo, las excretas de los teporingos dispersan esporas de hongos formadores de micorrizas y levaduras que estimulan el crecimiento de otros hongos y bacterias fijadoras de nitrógeno, los cuales favorecen el crecimiento vegetal. Cuando las esporas maduran, atraen a roedores, como las tuzas.
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En ese sentido, roedores y conejos sostienen una relación de ayuda mutua llamada simbiosis, misma que puede estar sucediendo incluso en el jardín de tu casa o en el área de cultivo familiar.
Así como estas, cientos de especies coexisten en nuestro estado y permiten el funcionamiento de la vida como la conocemos, ¿conocías estos datos?