La comida mexicana al ser tan variada en ingredientes, cubre requerimientos nutricionales importantes, por ejemplo, cuando comemos una quesadilla con tortilla de maíz, es recomendable combinarla con huitlacoche, flor de calabaza, hongos o nopales, de esta manera, se aprovecha otros nutrimentos.
Mientras que el pozole, en conjunto, aporta hidratos de carbono (maíz), proteína (carne), grasa saludables (aguacate), vitaminas y minerales (rábanos, lechuga y cebolla).
Sin embargo, la nutrióloga Melissa Tena explica que la clave está en saber elegir, como unos taquitos de carne al pastor, estos pueden ser equilibrados en su aporte de macronutrientes, “si los acompañas con una orden de cebollitas y de nopales, en vez de papa. Mucho mejor si optas por agua mineral en lugar de un refresco”, precisó a Gourmet México.
Respecto a la grasa, que le da sabor a las chalupitas, gorditas y pambazos, la experta recomendó evitarla, pues el exceso de grasas saturadas puede provocar enfermedades cardiovasculares.
“No me gusta que califiquen los antojitos mexicanos como “engordantes” porque mucho depende de nuestras elecciones y, como siempre digo, en una alimentación equilibrada todo entra”, finalizó.
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