En una hoja de tamal cabe un mundo de sabores además del maíz. Los hay de varios tamaños, sabores y texturas, sin embargo, todos son un ícono de la gastronomía mexicana. De hecho, este platillo se remonta a la época prehispánica, el cual era preparado en las grandes fiestas para agradecer la fertilidad de la tierra.
Hoy día, existe una inmensa variedad de tamales en diversas regiones de México, en el caso de Tlaxcala abundan los siguientes, ¿cuántos de ellos has probado?
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Tamal de charal
Aunque no es un platillo típico tlaxcalteca, los tamales de charales son muy cotizados en la localidad.
Estos se elaboran con ajo, cebolla, cilantro, chile jalapeño y charales sin cabeza. La pasta resultante se envuelve en hojas de maíz y se cuece al vapor, ¡una delicia! Además, son muy nutritivos. De acuerdo con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, los charales son ricos en calcio, potasio, fósforo, sodio, hierro, magnesio, yodo, niacina y vitaminas C, E, B y A. También, contiene proteínas de alto valor biológico, pocas grasas, nada de hidratos de carbono y una gran cantidad de aceites omega 3.
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- Como sugerencia: Búscalos en el mercado de Chiautempan, son de buen tamaño y su precio no supera los 35 pesos cada uno.
Tamales tontos
Los tamales tontos son un platillo originario de Tlaxcala. Y aunque no siempre se conocen con ese nombre, todos los hemos usado como cuchara para degustar el mole.
Se llaman tontos porque no tienen relleno, su misión es sustituir a las tortillas y aportar textura a diferentes guisos como los pipianes y las salsas.
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Para prepararlos, en las hojas de totomoxtle se añade una cucharada de masa de maíz y se extiende muy bien para que queden tamalitos pequeños, delgados y compactos.
- Como sugerencia: para preparar tamales tontos de emergencia, compra un poco de masa de tortillas, rellena las hojas de totomoxtle y cuece en una olla exprés con agua y una rejilla por 30 minutos, este tip te sacará del apuro.
Tamales de ayocote
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El ayocote es el más grande de los frijoles de México, del que existen muchas variedades. Miden desde 2 cm de largo y los hay morados, cafés, rojos y pintos. Para hacer tamales con el peculiar sabor de los ayocotes, estos se muelen y se combinan con la masa de maíz, por lo que el color resultante es muy oscuro y su textura es más firme.
- Como sugerencia: prueba este tipo de tamales en Zacatelco, busca a las vendedoras en la entrada del mercado los martes y jueves. Su precio es de 10 a 15 pesos la pieza.
Tamales salados
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De mole, de salsa verde y de rajas son los sabores más populares, pero el ingenio no tiene límites y ahora la masa de maíz se puede combinar con un sinfín de ingredientes. Desde la opción ‘gourmet’ de tres quesos hasta los experimentales de insectos, los tamales salados son los favoritos de todos.
- Como sugerencia: lánzate a probar los “Super Tamales” en la calle Zaragoza #504 en Apizaco. Su especialidad es el tamal tlaxcalteca que tiene flor de calabaza, granos de elote, queso y jalapeño; así como el tamal campesino que incluye flor de calabaza, granos de elote, champiñones, queso y habanero.
Tamales dulces
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Los tamales rosados son los favoritos de los niños y regularmente se consumen como postre; la peculiaridad de su preparación es que la masa contiene piloncillo rallado o azúcar. Aunque ahora se pintan con colorantes vegetales, antiguamente se agregaba grana cochinilla a la masa para distinguirlos.
No obstante, ya no es raro encontrar tamales de queso con zarzamora, de cajeta, de arroz con leche ¡o hasta de gansito! Y es que el dulce es la debilidad de todos.
- Como sugerencia: Limítate a un solo tamal por día. Si la masa en blanco ya aporta una buena cantidad de carbohidratos al cuerpo, el azúcar extra en los tamales de dulce podría ser perjudicial si los comes muy seguido.
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- El dato curioso: La palabra tamal proviene del náhuatl tamalli, que significa envuelto cuidadoso.