Desde que la comida chatarra fue prohibida en las escuelas, un cambio significativo en los hábitos alimenticios infantiles ha comenzado a tomar forma. Los alimentos ultra procesados, que comúnmente llamamos chatarra, han dejado de ser una opción en las loncheras, lo que abre la puerta a alternativas nutritivas como los vegetales deshidratados.
Estos snacks que se pueden comprar o preparar en casa combinan sabor, valor nutricional y versatilidad, con lo que se perfilan como una solución innovadora para un problema de salud pública que intenta erradicarse en México.
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MÁS SABOR, MENOS GRASA
Papa, sal y aceite son los tres ingredientes básicos de las papas fritas, pero también contienen glutamato monosódico, el aditivo que las hace tan adictivas. Este ingrediente daña el sistema nervioso y sobre estimula a las neuronas llevándolas a un estado de agotamiento; además, algunas de ellas eventualmente morirán como consecuencia de esta estimulación artificial.
Una de las principales ventajas de los vegetales deshidratados es que conservan el sabor original sin aditivos artificiales. La malanga, el betabel, la calabaza y la zanahoria desarrollan una textura crujiente cuando se deshidratan que recuerda a las papas fritas, pero sin las grasas saturadas.
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Este proceso les permite mantener sus nutrientes como vitaminas, minerales y fibra, a diferencia de las papas fritas que pierden gran parte de sus beneficios durante la fritura. Además, estos vegetales ofrecen una gama de sabores y colores que pueden atraer a los más pequeños.
La zanahoria deshidratada tiene un toque dulce natural, mientras que el betabel es una opción perfecta para aquellos que prefieren los sabores más intensos. Con un poco de condimento, como chile en polvo o un toque de limón, estos vegetales pueden conquistar los paladares infantiles a la hora del almuerzo.
Cada vegetal tiene sus propios beneficios. Las zanahorias son una fuente excelente de betacaroteno, esencial para la salud visual y el desarrollo inmunológico. La malanga, también conocida como taro, es conocida por su alto contenido de calcio y vitamina K, mientras que el betabel proporciona antioxidantes y es rico en hierro, crucial para el desarrollo y la energía. Estos nutrientes apoyan un crecimiento saludable y reducen el riesgo de obesidad y enfermedades relacionadas con la mala alimentación.
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OPCIONES PARA LOS PADRES
La creciente popularidad de los vegetales deshidratados ha llevado a una mayor oferta en tiendas de alimentos naturales y supermercados. Distintas marcas ofrecen paquetes de vegetales deshidratados en presentaciones individuales, ideales para llevar a la escuela.
En promedio, un paquete de 50 gramos cuesta entre 25 y 30 pesos, un precio razonable si consideramos su aporte nutricional y la ausencia de ingredientes artificiales. Pero para las familias interesadas en reducir los costos, la deshidratación de vegetales en casa es otra alternativa viable y económica.
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Con un horno convencional o una deshidratadora, los padres pueden preparar snacks saludables adaptados al gusto de los niños. El proceso consiste en cortar los vegetales en rodajas finas, agregar un poco de sal y deshidratarlos a baja temperatura durante varias horas.
El costo de preparar estos snacks en casa depende del tipo de vegetales y de la cantidad. Un kilo de zanahorias, que puede rendir para varias porciones, cuesta alrededor de 12 pesos en el mercado local. La inversión en electricidad es relativamente baja, especialmente si se utiliza una deshidratadora que permite hacer grandes cantidades al mismo tiempo.
En conclusión, los vegetales deshidratados ofrecen una alternativa saludable y deliciosa a las papas fritas en las loncheras escolares. Al proporcionar beneficios nutricionales, una textura crujiente y sabores versátiles, estos snacks tienen el potencial de transformar la manera en que los niños consumen alimentos en la escuela.
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- La malanga, el betabel, la calabaza y la zanahoria desarrollan una textura crujiente cuando se deshidratan que recuerda a las papas fritas, pero sin las grasas saturadas.
- Un kilo de zanahorias, que puede rendir para varias porciones, cuesta alrededor de $12 en el mercado local.