Además de ser nuestro único satélite natural, la luna ha sido protagonista de mitos y leyendas por su magnificencia desde la antigüedad. Uno de los más populares cuentos sobre este brillante astro es el de los aullidos que recibe por parte de los lobos y, por extraño que parezca, los perros no se salvan de esta creencia, pero ¿realmente influyen las fases de la luna en el comportamiento de los animales?
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En primer lugar, debemos tener claro que, debido a su herencia genética, los perros conservan su interés por hacer manada y tienden a hacer llamados a sus compañeros con este tipo de sonido. Por lo anterior, es común identificar que cuando un perro empieza el aullido, de inmediato otros se suman a la distancia.
La clásica estampa del lobo aullando a la luna con la cabeza estirada y mirando hacia el cielo no tiene nada que ver con una relación especial entre la luna y los lobos, que son los mamíferos salvajes más cercanos a los perros domésticos. De hecho, la idea viene de una antigua leyenda de los pueblos precolombinos para explicar el hecho.
LA LEYENDA
Ya que los ciclos de la luna son de 28 días, al igual que el periodo menstrual de las mujeres, al satélite se le ha asociado con una identidad femenina y de ella se desprenden ciertas narraciones por cada ciclo.
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Una antigua historia cuenta que un día la Luna bajó a la tierra y se quedó atrapada entre las ramas de un árbol. Al lugar llegó un lobo para ayudarla a desenredarse y, como resultado, se hicieron amigos.
El lobo acarició a la luna con su hocico hasta que esta regresó al cielo, sin advertir que el astro le había robado la sombra para poder recordarlo. Desde entonces, el primero le aúlla en las noches de más luz para pedirle que se la devuelva.
LA CIENCIA EXPLICA
La posición del lobo, o en este caso del perro, con el cuello estirado es la causante de que los aullidos tengan una determinada estructura acústica y se transmitan eficientemente en el medio. El aullido es consecuencia de una vibración de las cuerdas vocales, que se genera por el aire que surge desde los pulmones como ocurre con cualquier otro sonido de los mamíferos.
Por otro lado, diversos estudios evidencian que los aullidos no aumentan en las noches de luna llena. Si un individuo necesita contactar con otros, lo hará independientemente de la fase lunar en la que se encuentre.
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Lo que sí es verdad es que está emparentado con sus emociones, es decir, los sonidos que emiten son el resultado de lo que sienten. Algunas de las razones más frecuentes por las que escuchamos los aullidos de los perros tienen que ver con sus necesidades.
Cuando un perro produce aullidos por un tema de salud es probable que también se queje con otros sonidos. Los veterinarios recomiendan revisar si la mascota tiene alguna herida visible o se lame sobre alguna parte del cuerpo, lo que podría indicar dolor que requiera atención médica.
Cuando no se sienten a gusto, los animales externan su incomodidad de diferentes formas. La inmediata es el sonido. El aullido de un perro también podría significar que el clima no es favorable, que necesita más espacio o tiene hambre.