Nadac Reales, es una biotecnóloga chilena, que ha puesto a la bacteria que oxida el hierro, llamada Leptospirillum, como una solución para ayudar a la minería de ese país con los desperdicios que produce esta industria y que es una fuente de contaminación importante en aquel país.
La investigadora trajo a este microorganismo de los géiseres del Tatio, ubicados en las montañas de Los Andes, a alrededor de cuatro kilómetros sobre el nivel del mar, y alrededor de 322 kilómetros de distancia de su laboratorio en Antofagasta.
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Después de dos años de investigación, Reales logró que la bacteria, que vive en condiciones muy ácidas, logre comer un clavo en tan solo tres días. Esto debido a que cada generación fue evolucionando para alimentarse mejor, pues al principio de la investigación la Leptospirillum, comía este artículo de metal en dos meses.
La especialista también descubrió que la Leptospirillum no solo tiene capacidades notables para desintegrar el metal, sino que no le causa daño al ambiente ni a los humanos.
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Además, el producto secundario que la bacteria deja tras de sí cuando consume metal se puede usar para recuperar cobre en un proceso llamado hidrometalurgia, el cual usa una solución acuosa para recuperar metal de su mineral.
Lo anterior significa que el microorganismo no solo podría limpiar el desperdicio de la minería, sino que también podría dar un ingrediente vital y necesario para la extracción más ecológica del cobre.
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Actualmente, el proyecto es desarrollado por la compañía de Reales, Rudanac Biotec, pero la investigadora dijo que se requiere más inversión para hacer más ensayos para mejorar el apetito voraz de la Leptosoirillum.
Con información de Agence France-Presse.
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