Con la intención de levantar un altar en el corazón de Tlaxcala y facilitar la llegada de feligreses de todo el estado, Luis Munive y Escobar diseñó la estructura arquitectónica del Seminario de Nuestra Señora de Ocotlán, ubicado en el municipio de Yauhquemehcan.
Hoy, se sabe que la decisión de monseñor no fue arbitraria, sino que el entonces obispo estudió la geografía estatal hasta dar con el céntrico terreno de la zona conocida como la “Y”, para solicitar los permisos e iniciar la construcción de dicho espacio.
➡️ Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y recibe las noticias más relevantes de Tlaxcala, México y el Mundo
La intención fue levantar una capilla que tuviera el altar principal como centro geográfico de Tlaxcala, un lugar de culto para los visitantes, así como un centro de formación y estudio para los futuros sacerdotes del país.
El seminarista Luis Alejandro Olivares explica que en 1970 se terminó de construir la Capilla del seminario, que en un principio fue pensada como capilla abierta. “La intención de Luis Munive y Escobar fue recordar las primeras capillas de la evangelización y cada elemento dentro de ella representa la fe de los tlaxcaltecas”.
No dejes de leer:➡️Jesús Arroyo, nuevo rector del seminario
SEMINARIO DE TLAXCALA: 64 AÑOS DE HISTORIA
Aunque la Iglesia no contaba con los recursos para una obra tan grande, el obispo se encargó de buscar el apoyo de los fieles de los 60 municipios. De esta forma, el 19 de marzo de 1960 inició la construcción del Seminario con la bendición y colocación de la primera piedra, a cargo del delegado apostólico Luigi Raimondi.
El 15 de febrero de 1962 se fundó el seminario de Tlaxcala con un grupo inicial de 32 alumnos y un superior, Alejandro Molina, pero fue hasta 1967 cuando empezaron a funcionar las instalaciones, gracias a la generosidad del pueblo.
Te recomendamos:➡️Inician los Juegos Patrios en el Seminario de Tlaxcala
La estructura actual del seminario en su mayoría consta de cristales, pues la idea de don Luis Munive fue que los seminaristas debían vivir con transparencia en todo momento, vivir en la verdad a ejemplo del mismo Cristo, ideal al que aspira todo seminarista y sacerdote.
En el principio el seminario no tenía portones, ni bardas y se debía a que “es la casa de todos los fieles de Tlaxcala”, pues todos podían entrar y salir con entera libertad y responsabilidad. No obstante, el tiempo y los cambios sociales obligaron a los encargados a levantar una barda perimetral.
Sigue leyendo:➡️Acercan jóvenes a la religión católica
Actualmente, este lugar es escenario de ceremonias eucarísticas, ferias navideñas, encuentros espirituales, ciclos de conferencias, entre otros eventos que reúnen a familias provenientes de los 60 municipios de Tlaxcala, además de otras partes del país, tal como lo planteó Luis Munive y Escobar hace siete décadas.
La mayoría de sacerdotes que atienden a los fieles de la diócesis de Tlaxcala se han formado en esta casa de discípulos.