México es sin duda el país del taco, un alimento que ha trascendido su función alimenticia para convertirse en un emblema de identidad, pues la versatilidad de la tortilla permite que prácticamente cualquier guiso pueda transformarse en un taco.
Desde Moctezuma, quien usaba tortillas como “cucharas”, hasta nuestros días, el taco ha evolucionado y se ha diversificado en innumerables variedades. Entre ellas, encontramos los tacos sudados, ahogados, dorados y placeros, cada uno con sus variantes.
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Gracias a esta rica diversidad, es posible disfrutar de diferentes tipos de tacos a lo largo de las 24 horas del día. A continuación, te proponemos un recorrido gastronómico para que disfrutes de un taco distinto dependiendo de la hora.
DESAYUNO: BARBACOA SEGURA
Para comenzar el día con energía, los tacos de barbacoa son una opción ideal. Preparados con carne de borrego cocida lentamente en un horno de tierra, estos tacos son ricos en sabor y proteína. Los puedes disfrutar en una tortilla suave o dorada, acompañados de cebolla, cilantro y salsa verde o roja.
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Muchos puestos también ofrecen consomé, que complementa perfectamente este desayuno taquero. No olvides probar los tacos de pancita, una opción tradicional que aportará aún más sabor y sustancia a tu desayuno.
ALMUERZO: LOS DE CANASTA
Dice Jorge Ibargüengoitia que los tacos sudados son como el Volkswagen de los tacos nacionales: prácticos, buenos y económicos. A media mañana, cuando el hambre comienza a aparecer, los tacos de canasta se convierten en la opción perfecta.
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El calificativo de “sudados” se da porque estos tacos se preparan al vapor, lo que les da una textura suave y un sabor delicado. Rellenos de chicharrón prensado, frijoles, papa o adobo, son ligeros pero satisfactorios. Para un almuerzo típico, te recomendamos los de papa, acompañados de una salsa verde que le aporte un toque fresco y picante.
Aunque si buscas algo más gourmet, los de asada son los propios. Estos se sirven con guacamole, cebollitas al carbón, nopales y chiles tatemados.
COMIDA: DE GUISADO O PLACERO
Para la comida, los tacos de guisado son un clásico infalible. Estos tacos permiten una gran variedad de opciones, desde cochinita pibil hasta bistec, mole o chile relleno. Servidos con arroz o frijoles, son tacos completos y llenadores.
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El taco de chile relleno es especialmente representativo, combinando el sabor intenso del chile con un relleno salado y el acompañamiento de guarniciones como papas fritas o nopalitos. La mezcla de texturas y sabores lo convierte en una experiencia culinaria perfecta para disfrutar a la hora de la comida.
Otra opción es el taco placero, también llamado taco de plaza. En Tlaxcala se acompañan con queso, requesón, aguacate, salsa de molcajete, rábano, chicharrón y pápalo; aunque también pueden incluir acociles, pipicha, cilantro y chiles al gusto.
CENA: AL PASTOR
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Para cerrar el día, los tacos al pastor son la opción predilecta de muchos mexicanos. Estos tacos se preparan con carne de cerdo adobada y cocida en trompo, que se corta en finas láminas y se sirve con cebolla, cilantro y un trozo de piña que aporta un toque dulce. El equilibrio de sabores entre la carne sazonada y la frescura de los ingredientes hace de los tacos al pastor una cena irresistible, ideal para terminar la jornada.
UNA ORDEN DE CABEZA PARA LOS QUE MADRUGAN
Si la noche se extiende y el hambre regresa en la madrugada, los tacos de tripa y cabeza son la opción perfecta. Crujientes y llenos de sabor, estos tacos son un verdadero manjar para los amantes de la gastronomía callejera. La tripa, frita hasta quedar crujiente y la cabeza, suave y jugosa, ofrecen una combinación de texturas inigualable que conquista el paladar y satisface el antojo nocturno.