Las “nenis”, como coloquialmente se han nombrado en redes sociales, son mujeres emprendedoras que, a causa de la falta de oportunidades laborales dignas, han desarrollado sus negocios en internet.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, en 2020 se perdieron 1.2 millones de empleos ocupados por mujeres de manera formal e informal. Ante esto, las mujeres de México han recurrido a otras formas de generar ingresos: abriendo cuentas en Instagram, acaparando grupos de Facebook y enviando cadenas de WhatsApp ofreciendo sus productos y servicios.
La comunidad de cibernautas no tardó en ridiculizar a estas emprendedoras, pero Guadalupe Sandoval, experta financiera de Forbes rescata 5 puntos que hace de las “nenis” un verdadero ejemplo de emprendimiento:
1. Emprender en tiempos de crisis: el miedo es una gran limitante para dar el gran salto en tiempos de “vacas gordas”, no obstante, puede ser un gran incentivo cuando más bien se viven tiempos de “vacas flacas”.
2. Crear nuevas fuentes de ingresos: nunca se deben poner todos los huevos en la misma canasta, y si acaso se había cometido ese error, nunca es tarde para buscar una fuente adicional de ganancias.
3. Digitalizarse: ¿recuerdas que hace poco más de un año te daba más miedo comprar algo por internet que el Coronavirus? Y la verdad es que el mismo temor existía con respecto al uso del internet y sus herramientas para comercializar productos y servicios. El cambio a lo digital se dio tan rápido, obligados por las circunstancias, que simplemente las “nenis” usaron las plataformas a su alcance…sin pensar dos veces cuál sería su estrategia de redes sociales, su plan de negocio y sus métodos para hacer networking.
4. Crear comunidad: en marketing el engagement es un factor clave y la realidad es que muchas “nenis” consiguieron crear comunidades fuertes, ya sea con otras mujeres microemprendedoras o con su público meta a través de acciones que les han permitido conectar de forma efectiva en un momento histórico complejo.
5. Ser adaptable: crear un negocio propio implica mucha inversión de tiempo, dinero y creatividad. Las “nenis” han sabido detectar oportunidades e incluso las más prósperas han desarrollado métodos de entrega más efectivos que desplazarse ellas mismas. Al final del día, son resilientes.
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