En el país, seis de cada 10 mexicanos forman parte de la informalidad laboral, lo que significa que no tienen acceso a la seguridad social, ya que no hacen aportaciones para recibir los servicios de salud pública, carecen de una afore y no cuentan con el apoyo de una empresa para que tengan un crédito para la vivienda.
Tal es el caso de Mitzarai Cortez, quien lleva más de 10 años vendiendo maquillaje y perfumes en diferentes tianguis. Dice a El Sol de México que aún siente que puede seguir trabajando, pero sí le preocupa que en el futuro no tenga con qué vivir.
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“Si he pensado en la pensión, pero la veo lejana, prácticamente como me dedico a la venta he generado mis ahorros por mi cuenta, porque en algún momento me tengo que retirar. Yo soy diabética y sé que después de cierto tiempo ya no voy a poder trabajar en esto”, compartió.
A raíz de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el próximo 5 de febrero presentará una reforma al sistema de pensiones, surgieron una serie de debates entre expertos y académicos que han mencionado los desafíos en el sistema de pensiones y lo que representa para las finanzas públicas.
Axel Eduardo González, coordinador de datos en México, ¿cómo vamos?, indica que el principal problema de las bajas pensiones que reciben las personas por afore es por la baja densidad de cotización, la cual se refiere al tiempo que cotiza una personas dentro de la formalidad laboral.
En México, 32.6 millones trabajan en la informalidad, lo que representa 55.1 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) al cierre del tercer trimestre de 2023, según el Inegi.
Sobre el monto de pensión que reciben las personas, González Gómez detalló que la tasa de reemplazo promedio es de 40 a 60 por ciento, sin embargo, en comparativos internacionales, la tasa debería oscilar entre 70 y 85 por ciento.
Antes de 1997, la pensión era de beneficio definido y el monto se obtenía por el promedio de los últimos cinco años laborados por los trabajadores. Posteriormente en 1997, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, se modificó el sistema de pensiones, y en lugar de ser de beneficio definido, ahora es de contribución definida.
Fernando Hernán Ortega, quien se dedica a vender carnitas, dice que ha investigado sobre cómo ahorrar para una pensión. Pero ve muy lejano el retirarse. Le informaron que si se pensiona por la Ley Afore, su pensión será muy baja.
Ortega trabajó durante varios años como albañil, estuvo a cargo de tiendas de abarrotes y también laboró en el sector de la construcción, en donde sí lo dieron de alta en el IMSS y le asignaron una Afore, aunque desconoce cuál es.
“Yo descubrí que tenía una Afore al momento de que abrí una cuenta con un banco para poder hacer cobros con terminal en mi taquería. Hasta ese momento descubrí que en mí Afore llegó a dos mil pesos”, dijo.
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La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) indicó que cualquier nueva propuesta en materia de pensiones debe estar acompañada de estudios actuariales, administrativos, contables y financieros para determinar la viabilidad y los beneficios.