En los 23 años del TLCAN, sector agropecuario captó 0.03% en IDE

La inversión extranjera directa no llega ni a medio punto porcentual

Por Alejandro Durán

  · lunes 18 de septiembre de 2017

En 2006 el sector agrícola del país registró un saldo deficitario por un monto de dos millones de dólares. Tan solo en 2003 captó apenas un millón de dólares / Foto: Cuartoscuro

En los 23 años que tiene de vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el sector agropecuario solo captó el 0.3% -ni medio punto porcentual-, de la Inversión Extranjera Directa (IED), que ingresó al país en ese periodo.

De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Economía (SE), los 534 mil 286 millones de dólares que ingresaron en total al país por concepto de IED del año 1994 (cuando entró en vigor el acuerdo comercial), al primer semestre de este 2017, apenas mil 698 millones de dólares se destinaron a la agricultura, ganadería, pesca y actividades forestales.

De esta manera, a lo largo de la vigencia del acuerdo, el monto anual de inversión foránea que ingreso al sector agropecuario en su conjunto pasó de 10 millones de dólares a 93 millones del año 1994 al 2016.

“El sector agrícola ha quedado marginal de la inversión en los años que tiene en marcha el acuerdo”, apunta José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

Y lo que sucede, es que, de acuerdo con cifras oficiales, el agro ha sido uno de los que menos recursos foráneos ha recibido en los últimos 20 años. Incluso, en 2006 registró un saldo deficitario (es decir, salida de inversiones), por un monto de dos millones de dólares. Tan sólo en 2003 captó apenas un millón de dólares.

El agro ha sido uno de los que menos recursos foráneos ha recibido en los últimos 20 años. Incluso, en 2006 registró un saldo deficitario por un monto de dos millones de dólares / Foto: Cuartoscuro

 

Asimismo, si bien el sector agropecuario comenzó a partir del 2010 a reportar montos de inversiones con cifras de tres dígitos (115 millones de dólares en ese año), y lo cual se mantuvo por cinco años más, en 2016 volvió registrar números de dos dígitos (93 millones), lo que, además, representó una caída de 42% con respecto a los 162 millones captados en 2015.

De acuerdo a datos de la SE disponibles del año 1999 al primer semestre de este 2017, por actividades básicas, mientras que el agro captó el 0.3% del total de la IED que ingresó al país en ese lapso, la minería captó el 5.6; la electricidad, agua y suministro de gas el 1.8; la construcción el 3.8 y las manufacturas el 48.9%.

Incluso, a nivel de subsectores, resulta que el rubro de Comercio mayorista captó 3.5% de la IED total, porción sustancialmente mayor al 0.3 que captó el agro.

En contraparte, los subsectores que mayor inversión captaron (en términos porcentuales), fueron la fabricación de equipo de transporte que recibió el 12.3% del total, mientras que a las instituciones de intermediario crediticia y financiera no bursátil se canalizó el 13.2% del total de la IED. Cabe mencionar que al interior del sector agropecuario, de 1999 al primer semestre de 2017, la agricultura captó 649 millones (0.1% del total de la IED que ingresó al país en ese lapso), mientras que la cría y explotación de animales 664 millones (0.1%), el forestal apenas 900 mil dólares y la pesca un millón de dólares (sin un impacto para fines estadísticos ambos casos), y el rubro de servicios relaciones a actividades agropecuarias y forestales 293 millones de dólares (el 0.1%).

Foto: Cuartoscuro

 

De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), la falta de certidumbre jurídica en la tenencia de la tierra es uno de los factores que limite el ingreso de mayor inversión en el sector agropecuario.

La organización considera necesario fortalecer el Estado de Derecho, impulsar el financiamiento a dicho sector y ampliar la oferta de insumos energéticos a precios competitivos.

Pilgrims y Cargill son algunas de las empresas trasnacionales del sector agrícola que han sabido aprovechar las oportunidades arancelarias que abrió el TLCAN para los productos mexicanos en los mercados estadounidense y canadiense.

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