Fitch Ratings bajó la calificación crediticia de Pemex en escala internacional a “BBB-“, lo que significa que la empresa tiene una menor capacidad para pagar los intereses de su deuda, y la pone a un escalón del grado especulativo.
El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, reconoció que la calificación está en línea con las condiciones actuales de la petrolera, por lo que el anuncio “no sorprende, pero sí preocupa".
Además, Octavio Romero, director general de Pemex, aseguró que está "en desacuerdo" con el cambio en la nota, pues "se invertirá como no se había hecho en los últimos años (...) principalmente en el desarrollo de nuevos campos (petroleros), 16 en aguas someras y cuatro en tierra", dijo a El Sol de México, por lo que confió en que "en días o semanas" la calificación vuelva a subir.
El cambio en la nota ocurrió 20 días después de que Pemex realizó una criticada gira a Nueva York, donde se reunió con una cincuentena de inversionistas y representantes de calificadoras para presentar su plan de negocios.
Según Fitch, el gobierno federal muestra una “reacción lenta” para fortalecer las finanzas de Pemex, lo que indica que“el gobierno ha fallado en reconocer la viabilidad del perfil financiero de la compañía y la importancia estratégica que representa para el país”.
La calificadora advirtió que una “situación estresada” en las cuentas de Pemex representa una amenaza para el suministro de gasolinas en el país.
“La compañía depende de la importación de productos básicos de petróleo, incluyendo gas seco, productos petrolíferos y petroquímicos, para abastecer la demanda local. Durante 2018, Pemex importó aproximadamente 70 por ciento de la gasolina y diésel vendidos en México”.
El anuncio ocurrió pese a que el pasado lunes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció un nuevo esquema fiscal para Pemex, mismo que le permitiría deducir 11 mil millones de pesos este año, mismos que se reinvertirán en extracción y exploración.
Citibanamex consideró que la iniciativa “se quedó corta” para darle mayor solidez a las finanzas de la empresa.
“Tenemos que reconocer que para que esto cambie Pemex requiere muchísimos más recursos para exploración y producción y que eso va a requerir el apoyo de la Secretaría de Hacienda”, dijo Herrera.
La calificadora bajó dos escalones la nota de la petrolera, pues antes de este movimiento se ubicaba en “BBB+”.
Además, la perspectiva de la nueva calificación se mantiene en negativa, lo que significa que puede bajar de nueva cuenta entre los próximos 12 a 24 meses.
Fitch señaló que la propiedad y control del gobierno sobre Pemex es “muy fuerte”, aunque el soporte económico que da el Estado a la empresa es “moderado”.
La valoración, justifica, es consecuencia de que el gobierno federal extrae grandes cantidades de los fondos de Pemex para el gasto público, lo que deja pocos recursos propios a la empresa y “restringe la evaluación de soporte de Fitch”.
Arturo Herrera coincidió en que la petrolera ha estado “sobregravada, pues una parte muy alta de sus utilidades, ya sea a través de impuestos y de derechos es tomada por el gobierno federal. Y la razón es clara, el gobierno federal no tenía suficientes recursos para financiar sus proyectos”, lo que afectó la plataforma petrolera que en los últimos 10 años se redujo de casi tres millones de barriles diarios a 1.8 millones.
El exdirector de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales, alertó que el cambio impactará al país, porque sus proyectos se encarecerán un poco.