Empresas mexicanas que dependen del acero y aluminio se esfuerzan por minimizar el impacto en sus negocios de los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las importaciones de estos productos desde México, Canadá y la Unión Europea.
Ejecutivos y funcionarios dijeron a Reuters que la situación creaba incertidumbre y que los consumidores en México y Estados Unidos pagarían los platos rotos si los precios aumentaban, aunque algunos tienen la esperanza de que las medidas no sean permanentes sino que formen parte de la estrategia estadounidense en la renegociación del TLCAN.
El Gobierno mexicano respondió rápidamente a los aranceles de 25 por ciento y 10 por ciento al acero y al aluminio, respectivamente, impuestos por Estados Unidos que entraron en vigor el 1 de junio, y anunció medidas equivalentes a productos estadounidenses, que todavía no se especificaron.
Grupo Vasconia
"Desde luego es una distorsión muy grave en la industria, pues todas las cadenas de suministro que tienen este tipo de materiales se ven afectadas cada vez que cruzan la frontera", dijo el presidente del consejo del mexicano Grupo Vasconia , José Ramón Elizondo.
El ejecutivo dijo que aún no saben si las medidas de Washington son para "forzar la negociación" del TLCAN o tendrán un carácter "más permanente", pero adelantó que en el Grupo Vasconia los impactos serán en Almexa, una división de la compañía que fabrica láminas de aluminio y que envía un 60 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.
Sector automotriz
"Como no somos fabricantes de aluminio, pero sí estamos dentro del ramo, lo que nos va a tocar es absorber en un determinado momento los aumentos de precio de los alumineros", dijo Hiroyuki Namba, presidente de Ashimora, una autopartista japonesa que manufactura en México para Honda, Nissan , Mazda y Subaru.
"Tengo la esperanza de que no sea definitivo", agregó el ejecutivo de la firma que fabrica partes interiores que tienen componentes de acero y aluminio como cinturones de seguridad.
México estima que los aranceles impuestos por Estados Unidos afectarían unos 4 mil millones de dólares en productos de aluminio y acero que envía anualmente a su vecino del norte.
Alternativas
El año pasado, la balanza comercial en bienes de acero fue superavitaria para Estados Unidos con México en mil 816 millones de dólares, mientras que en aluminio el superávit fue de 2 mil 810 millones de dólares, según el Census Bureau de Estados Unidos.
Por ello, los críticos de las medidas de Trump han descartado que México atente contra la seguridad nacional estadounidense y creen que tales medidas podrían impulsar a las firmas mexicanas a abastecer sus necesidades de acero y aluminio en otro lado, aunque advierten que no es fácil dada la integración de las cadenas productivas.
"El problema de la guerra arancelaria es que (...) pueda acabar beneficiando países de fuera de América del Norte", dijo José Luis de la Cruz, director general del mexicano Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Corea del Sur y, en menor medida, Canadá y Brasil, pudieran servir para sustituir algunas importaciones de México desde Estados Unidos, aunque de la Cruz advirtió que esto "no es tan fácil" porque algunos aceros tienen especificaciones muy particulares y hasta están hechos a la medida.
Consumidores, los que más pierden
Al final, los consumidores de lado y lado se verían afectados por los aranceles anunciados por ambos gobiernos, dijo el socio líder de Comercio Internacional de la consultora KPMG en México, César Buenrostro.
"Las empresas (...) posiblemente absorban algo, pero terminan de trasladarlo al consumidor", dijo Buenrostro sobre el caso estadounidense. "Esto puede afectar de igual forma al consumidor mexicano pues, si (los productos gravados) vienen de Estados Unidos, por lógica será más caro tenerlos en la mesa".
Buenrostro advirtió que al encarecerse los precios de estos metales en Estados Unidos, "pudiera disminuir el ritmo de la economía y la industria de la construcción, porque le estarían saliendo más caros los insumos".
No obstante, el jefe del Clúster Automotriz Guanajuato, Alfredo Arzola, cree que el mercado mexicano sería el más afectado por los aranceles que imponga el gobierno en represalia, debido a que muchas de esas importaciones son temporales y el TLCAN permite que estas se regresen sin pagar impuestos.
"Estados Unidos no se hace daño a sí mismo", dijo.