La reforma fiscal en Estados Unidos, que entre otras disposiciones reduce el impuesto a las corporaciones de 35 a 21%, creará una dañina competencia global entre países por ofrecer cada vez mayores incentivos fiscales a las empresas, según varios análisis.
Esta competencia por ofrecer cada vez mayores incentivos a la inversión crearía una “carrera hacia el fondo” en que las naciones reducirán cada vez más sus tasas impositivas, lo que terminaría por exacerbar tensiones globales entre países y por aumentar la pobreza y la desigualdad.
Un análisis publicado en el diario The New York Times advirtió que la nueva tasa corporativa significa que Estados Unidos pasa de la parte superior del espectro impositivo global al extremo inferior.
Así, países como Australia, Francia, Alemania y Japón, todos con tasas impositivas corporativas efectivas de al menos 30%, estarán bajo presión a seguir el ejemplo estadounidense.
“Para el resto del mundo (la reforma fiscal en Estados Unidos) tiene el potencial de desafiar el orden económico global, crear un campo de juego desigual y desencadenar una carrera entre los países para recortar los impuestos corporativos”, asentó el análisis del Times.