Como un recuerdo de lo que provocó la pandemia de Covid-19 y una reflexión de lo que ha quedado de todo ello, el Centro de Exploración y Pensamiento Crítico (CEX), de la Universidad Iberoamericana, estrenará La casa de Ariadna, una puesta en escena transitable que pone en diálogo tres obras conceptuales que combinan la danza, el teatro y la experiencia inmersiva.
El proyecto que tuvo su germen en la instalación Metro y medio, estrenada por el CEX en medio de la crisis sanitaria. Se trataba de un laberinto transparente que los visitantes podían recorrer en pares, desde posiciones contrarias, para encontrase en algún punto y poder experimentar el contacto entre ellos, a través de un playo, generando así múltiples emociones.
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“La pieza original nació como una meditación de las paradojas que estábamos viviendo: cercanía y lejanía; opacidad y transparencia; así como las prohibiciones al contacto, al tacto, el aliento y la mirada. Todo eso hizo de esa época un evento que hoy, fuera de peligro, es una metáfora de la condición humana, pero sin la pandemia también vivimos estas paradojas”, explicó en conferencia de prensa Juan Carlos Henríquez, artista conceptual, creador de la pieza y director del CEX.
El artista explicó que la decisión de que la instalación cambiara para ser escenario de estas nuevas puestas en escena, se tomó como una propuesta de intervención conceptual y física del espacio, tras notar el peso de las reacciones de los visitantes anteriores.
Para La casa de Ariadna se convocaron a artistas que trabajaran puestas escénicas, de las que resultaron ganadoras las tituladas Coincidencias, Rastros y La búsqueda, que al combinarlas se entienden como una sola; el título hace referencia al mito griego de Ariadna, quien ayudó a Teseo a salir del laberinto del Minutario al ofrecerle un hilo que lo ayudara a no perder su camino.
“Me parece que regresar a los mitos hoy es muy interesante porque son polisémicos y se adaptan prácticamente a cualquier época. A través de ellos se puede trata prácticamente cualquier problemática y tener una nueva interpretación sobre cada una de ellas.
“Se trata de arquetipos que en toda su complejidad son capaces de mostrarnos matices de nuestra condición. Es curioso cómo la moralidad y la ética de cada época nos determina y como cuando regresamos a esos arquetipos nos podemos dar cuenta de que todo es susceptible de cambio. Los mitos nos dan la apertura a la evolución del pensamiento”, dijo Adriana Bautista Jácome, una de las directoras de estas puestas en escena.
LAS PIEZAS
Bajo la dirección de Patricia Gutiérrez, una de las piezas, Coincidencias, es una interpretación escénica del cuento de Julio Cortázar, No se culpe a nadie, en la cual se relata el modo en que un hombre queda atrapado y completamente perdido en las mangas de su propio suéter.
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Ésta es interpretada por el actor Roberto Sosa, quien en la conferencia comentó que esta historia “es una analogía de los laberintos en los que de pronto el ser humano se pierde al entrar en sus pensamientos, ideas y sus propias mangas, de las cuales difícilmente encuentra una salida”.
Por su parte, Rastros, de Adriana Bautista Jácome, según relató ella misma, se trata de una obra nacida directamente de la instalación original y del mito del Minotauro; mientras que La búsqueda, está basada en el texto homónimo del escritor alemán Michel Ende, quien reflexionó sobre la figura de Teseo, que no pudo matar al Minotauro tras percatarse de que se trataba de él mismo.
La casa de Ariadna estará abierta dese el 2 de junio y hasta el 8 de julio, los viernes a las 20:00 horas y los sábados a las 19:00 horas en el CEX de la Universidad Iberoamericana.