En 2003, los titulares de distintos medios en Chile, daban a conocer el caso de pederastia en el que estaban involucrados políticos y empresarios, lo que generó descontento en la población y, en el caso del director Fernando Guzzoni, una curiosidad casi obseiva.
Su interés por el tema lo llevó a desarrollar su nueva cinta, Blanquita, en la que, a través de la ficción, expone ciertos puntos de realidad del caso, explorando las aristas que más le inquietaban con el fin de brindar al público una nueva perspectiva.
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“Yo pienso que cuando uno trabaja con la realidad, siempre corre un riesgo, entra en una zona incómoda, una zona que exige una responsabilidad política. Estoy consciente que cuando trabajo con una materialidad que responde a un proceso histórico o mito social emblemático, me someto a un juicio que me expone, pero no lo esquivo ni huyo de él, lo asumo como parte de mi trabajo”, afirmó Guzzoni en entrevista con El Sol de México.
“No quiero hacer una película con un afán periodístico o histórico, no quiero hacer un documento oficial, quiero instalar mi propia obsesión en esta historia”, agregó.
A lo largo de casi dos años, el cineasta chileno consultó expedientes, logró entablar comunicación con psicólogos, especialistas, así como algunos involucrados en el caso.
“Accedí a documentos judiciales, entrevisté psicólogos que fueron parte de ese proceso, el juez que dictó la causa, múltiples personas que me permitieron ir entendiendo distintos abordajes, así como múltiples aristas y fui configurando el punto de vista de la película, hasta que decidí que la protagonista fuera la testigo clave del caso.
“Yo no me sentí censurado ni perseguido ni nada, no corrí riesgos ni mucho menos, lo que sí me interesa es, en el fondo, instalar una pregunta sobre este caso, que las autoridades habían querido domesticar en un dictamen judicial y hacer una línea divisoria entre lo bueno y malo. En la película hay un revés que necesita ser observado nuevamente, es una invitación al espectador a volver a mirar y hacer su propia conclusión sobre este caso”, expresó el director.
En la película, Blanca (Laura López), una chica de 18 años que vive en un hogar de menores dirigidos por el cura Manuel, se convierte en el testigo clave luego de que se exponen las fiestas sexuales en las que se involucran empresarios, políticos y menores de edad.
“Describo a Blanca como una mujer que no puede ser interrogada desde una mirada dicotómica, no es blanco ni negro, es una mujer que está elaborando su ambigüedad, su contracción, empieza un acto reparatorio de búsqueda de justicia contra esta elite económica y política y esto la conduce a ser una heroína, pero con doble moral, porque su herramienta para llegar a ese acto de justicia no es tan ortodoxa y eso es lo que me hizo pensar que es un personaje fascinante porque rompe con el molde de lo santificado, con lo puro que se le suele dar o reservar a lo femenino”, dijo.
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Alejandro Goic, Ariel Grandón, Amparo Noguera, Nicolás Durán, Daniela Ramírez y Marcelo Alonso son los actores que completan el elenco.
Blanquita ganó el premio al Mejor Guion en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2022 y fue la selección de Chile para los premios Oscar. Se estrena en México este 13 de julio en cines comerciales y de circuito cultural, sumando más de 30 pantallas.
Por otro lado, Guzzoni adelantó que a finales de año estrenará la serie de Netflix Baby bandito, donde fungió como director de tres episodios. Y actualmente desarrolla el guión de su siguiente película, misma que abordará el tema de cómo se va creando la élite política en el Siglo XIX, en un país tercermundista ficticio.