Andrés Calamaro acaba de cumplir 62 años y el primer aniversario con su novia, a la que conoció justo el 22 de agosto de 2022. Casi todo el día de su cumpleaños lo pasó grabando un video del proyecto secreto que decidió revelar a El Sol de México.
“Estoy colaborando en un disco de reversiones de las canciones de Los Abuelos de la Nada, nuevos artistas están grabando repertorio de los años 80, y yo estoy a las órdenes de Cachorro López, miembro fundador de Los Abuelos de la Nada, querido amigo y compañero, además productor artístico y discográfico conocido también en México por sus producciones con Julieta Venegas, con Molotov”, dice en entrevista.
El video que grabó, “es para esta producción, que es un secreto de la Sony que acabo de violar, ¡pero celebro poder violar a toda una multinacional y no ir preso, ni siquiera pagar una multa!”, agrega entre risas.
Antes de cumplir 20 años Andrés Calamaro ya había logrado su primer éxito con Los Abuelos de la Nada, la banda que a finales de los 60 había formado Miguel Abuelo en Buenos Aires. Sin gamulán se convirtió en una especie de emblema de su nueva alineación, reunida en 1981 por Miguel Abuelo: Daniel Melingo, Gustavo Bazterrica, Cachorro López y Calamaro.
Para 1983, Los Abuelos de la Nada estrenaron otro de sus éxitos firmado por Calamaro: Mil horas. Ambas, fueron resultado de “una de mis mejores malas decisiones, que fue tocar el teclado. Ya tenía una batería, para qué cambiar de instrumento, no lo sé, pero decidí tocar el teclado”, relata.
“En Argentina, había pocos músicos que tuvieran un teclado decente, entonces, eso me dio más oportunidades, no era brillante como músico, pero tenía instrumento, cualquiera tenía una batería, pero muy pocos tenían teclado”, dice sonriente en un enlace de Zoom.
Desde principios de los 80, Andrés Calamaro formó parte de agrupaciones como Raíces, Los Abuelos de la Nada, y Las Ligas, paralelamente a una carrera solista, que inició en 1984 con el álbum Hotel Calamaro.
En Argentina grabó otros discos como Vida cruel, en el que colaboró Luis Alberto Spinetta y Nadie sale vivo de aquí, con músicos entre los que estaba Ariel Rot, con quien fundó en 1991 en España Los Rodríguez, que se disolvió en 1996, pero también durante su estancia en el grupo, Calamaro siguió con su carrera en solitario.
“Me encanta hacer colaboraciones con otros artistas, canté con grandes artistas de México como Los Tigres del Norte, Juan Gabriel, El Tri, Maldita Vecindad, canté con Julio Iglesias, con Raphael, El Indio Solari, Los ratones paranoicos, me encanta incluso no cantar, tocar instrumentos, siempre estoy dispuesto a todo, y también estoy dispuesto a nada, lo que me parece bastante realista”.
También, confiesa, le hubiera gustado ser parte de la Fania All Star, “haber sido un cantante de salsa lleno de sabor, de elegancia, de compás”. O de los Allman Brothers, “y haber sobrevivido, porque tienen una historia trágica. Pero estoy muy contento con lo que me tocó, ser músico y ser argentino es más complicado que ser músico y mexicano, porque tampoco tenemos el pedazo de música popular que tienen allá, pero no me puedo quejar, aprendí mucho de los músicos que me dieron la oportunidad de formar parte de algo, desde que soy muy joven toco con músicos que saben lo que quieren, hasta el día de hoy, sigo aprendiendo”.
EL 3 DE LA SUERTE
Desde sus inicios, los años terminados en 3, le han traído buena suerte. Es algo que reflexionó a propósito de su cumpleaños. “Pensé en canciones importantes grabadas en los años terminados en 3, como éste. En 1983 fue Mil horas, en el 93 Sin documentos, en el 2003 fue Estadio Azteca, en el 2013 Bohemio, que grabamos con Julio Iglesias, Cuando no estás, que es viral en TikTok; ese año hicimos nuestra gira por México con Enrique Bunbury y este 2023 aquí en Argentina Tu misterioso alguien, un dueto que hice con Miranda!, fue muy exitoso. Los cumpleaños y las navidades no son mis fechas preferidas pero lo llevé bastante bien, me saludó muchísima gente así que un día más, un día menos, ya veremos”.
Recientemente, Andrés Calamaro anunció en conferencia de prensa las fechas que tendrá en México en octubre: el 10 y 11 en el Teatro Metropólitan, el 14 en Puebla y el 17 en Guadalajara. Entonces contó que por ahora está más dedicado a leer que escribir. ¿Llegó el tiempo de vivir de sus éxitos? Él asegura que no lo sabe.
“Ojalá lo supiera, de momento tengo que seguir trabajando; viajar, hacer giras, hacer discos, es el único trabajo que me gusta. Estar más dedicado a leer es un buen consejo, porque leer nunca es tiempo perdido. Y es una excusa que digo cuando estoy escribiendo poco, ¿y quién me puede reprochar eso?”.
También el 22 de agosto pasado, una página argentina publicó “las cinco mejores canciones de Andrés Calamaro según la Inteligencia Artificial”. Flaca, Paloma, Crímenes perfectos, Maradona y Los aviones, integran esa lista.
“No sé si estoy de acuerdo, pero es una buena selección, tampoco es obvia, no son los éxitos radiales, no están elegidas por ventas de discos. Paloma fue una canción que nunca sonó en la radio, no tuvo videoclip, pero que el público en los conciertos eligió para hacerla grande y hacerla chévere, las dos cosas, ‘es chévere ser grande, pero más grande es ser chévere’, dijo Héctor Lavoe y ahí está Paloma que fue elegida por el público”, señala el músico argentino.
“Flaca es una grabación destacada, que hice en Nueva York, muy musical. Que Flaca haya sido un éxito, habla muy bien del éxito, porque es una canción sofisticada, buena grabación, tocada por músicos magistrales, la grabamos en febrero y marzo de 1997. Los aviones es la preferida en los conciertos, es algo íntimo, secreto, entre los que vienen al teatro y nosotros.
“Crímenes perfectos no es tan buena, pero trasciende la dimensión roquera, no se supone que un roquero tenga categoría para hacer una canción tan popular. Maradona tiene más códigos, es un guiño que nos hacemos entre todos para recordarlo”.
EL ROCANROL ES CONTRACULTURA
Calamaro es un compositor prolífico. Escribe canciones desde los años ochenta, así que en su repertorio hay más inéditas que grabadas. “Me duele decirlo, pero convivo con un repertorio inédito inmenso, son sensaciones encontradas, tantas canciones buenas que no escuchó nadie, probablemente que nadie escuchará”, admite.
Sorprendido de que su música forme parte del soundtrack de la vida de varias generaciones de fans en México, reconoce sin falsa modestia: “Supera mi concepto, estoy muy orgulloso de todo lo que he conseguido, nunca había soñado siquiera con esto, cuando empecé de adolescente yo quería tocar la batería, nunca pensé que iba a cantar, ni escribir canciones, si fuera Argentina, lo podría entender, pero en México es una locura, es un honor, para mí y para cualquiera; la banda sonora de México sería mariachi, balazos, José Alfredo Jiménez…¿y mis canciones?, ¡es que no lo puedo creer!”.
Al final de la dictadura en su país, fue parte de la contracultura argentina, ¿en qué sitio está ahora? En el mismo. “Siempre vamos a ser contracultura, además, a los músicos argentinos y mexicanos se nos da muy bien, porque la cultura tampoco nos acepta. Se entiende que la cultura es el cine, la literatura, el teatro, la música folclórica, nadie quiere asumir al rocanrol como parte de la cultura”, afirma.
“Que mi música forme parte de la banda sonora de personas en México, es profundamente cultural, pero espero haber aportado mi dosis contracultural, porque es de dónde vengo y a dónde voy, que es el rocanrol versátil, ahora va a ser rocanrol y México, ranchero; rocanrol y salsa dura de Nueva York y Puerto Rico; salsa y rocanrol en Cali, roquero y torero, en España”.
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La gira internacional en la que lleva más de un año y que lo traerá a México en octubre, está marcada por la improvisación, adelanta. “Nos inspiramos en el blues, el jazz y una parte exquisita de la música latina, siempre hay algo improvisado, el rocanrol no está sujeto a las partituras, cuando se lee una partitura, la música está sujeta a la interpretación, pero cuando no hay partituras, está sujeta a la improvisación, vamos a estrenar estados de ánimo en cada en cada concierto, es algo tan íntimo, es efímero, y lo efímero puede aspirar a ser eterno, pero en muy pocos casos”.
Y como cantante, para él improvisar es algo natural. “No sé si es mi falta de memoria o si es una habilidad que tengo para cantar las canciones siempre distintas. No sé hacerlo de otra manera, no recuerdo cómo son las versiones de los discos, trato que sea fresquito, natural. Voy a tratar de no improvisar demasiado cuando esté en México, así el público que buenamente vaya a escucharnos, reconoce qué canción estamos tocando, ¡faltaría más!”.