La Red de Documentalistas, en conjunto con instancias como la Academia Mexicana de las Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), el Movimiento por la Cultura y el Arte en México (MOCCAM), la Asociación Mexicana de Productores Independientes, y Directoras y Directores en Movimiento se pronunciaron en contra de la falta de apoyo a los cineastas extranjeros que residen legalmente en el país.
A través de un comunicado difundido en redes sociales exigieron que se modifiquen las condiciones del Programa de Fomento al Cine Mexicano (FOCINE), argumentando que en el Artículo 1 Constitucional se estipula que todo aquel que cuente con una estancia legal en México tiene derecho a gozar de los beneficios y garantías que otorgue la ley.
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“Están dejando de lado a una serie de colegas y cineastas que tienen muchos años trabajando en este país. Nos extraña mucho porque pareciera que están transformando todos los instrumentos del estado y la cultura como si fueran becas o apoyos un poco existencialistas, cuando en realidad se trata de mecanismos de apoyo del estado en la creación cinematográfica”, señaló el cineasta y vocero de MOCCAM, José Antonio Cordero.
Debido a los recortes del año pasado, el presupuesto para el cine en 2021 es de 191.5 millones de pesos (lo que representa un decremento del 21 por ciento con respecto al que se tenía hace nueve años), de los cuales únicamente el 53.75 por ciento se destinará a la producción.
El FOCINE contiene 12 convocatorias distribuidas en tres grandes rubros: nueve para la producción, dos para la exhibición y una para la preservación de acervos. La evaluación de éstas funciona de manera muy similar a la del extinto Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE), estando a cargo de un Consejo de Evaluación conformado por miembros de la comunidad cinematográfica.
A diferencia de su predecesor, este apoyo se entregará a manera de subsidio, lo que significa que los recursos serán entregados directamente a quienes los soliciten, quienes además tendrán todos los derechos de su comercialización.
Sin embargo, Cordero advirtió que, además de la exclusión de los colegas extranjeros, la iniciativa tiene una serie de puntos irregulares que dificultarán la producción de películas que demoren más de un año en llegar a la pantalla.
“Encontramos una gran contradicción porque los fideicomisos tenían la posibilidad de ser transanuales. Las películas se demoran más de un año en lo que se escribe el guión, se pre produce y se filma todos. Estos procesos pueden abarcar desde un año y medio hasta dos o tres. Con los nuevos lineamientos los proyectos tendrían que nacer, crecer y tener toda su cadena productiva en un año”.
“Nosotros nos preguntamos cómo se prepara el presupuesto del año que viene, o dentro de tres o cuatro años, cuando cada año hay recortes al presupuesto de cultura y específicamente el IMCINE. Pareciera que se busca hacer cosas con un aliento no tan artístico, sino más como video home", agregó.
Asimismo, adelantó que en las próximas semanas continuarán las acciones con los distintos colectivos para garantizar un trato justo, ya que de no resolverse favorablemente el tema de los apoyos, podría ser un golpe muy duro al cine mexicano que incluso podría poner en riesgo el progreso que ha tenido en los últimos años.