/ martes 31 de mayo de 2022

Ely Guerra valora su independencia

La cantautora reflexiona sobre su carrera, que considera que nunca se ha apegado a los estándares del mainstream, incluso cuando formaba parte de las grandes disqueras

A lo largo de las tres décadas de trayectoria que este 2022 cumple Ely Guerra, su carrera se ha desenvuelto de distintas formas, primero bajo la visión hasta cierto punto limitada de las disqueras trasnacionales y luego bajo sus propios parámetros, ya desde la independencia.

La muestra más palpable de esto fue su última grabación de estudio, titulada Zion (2019), un disco conceptual en el que todos los sonidos que se escuchan, sin excepción, provienen de su voz. No hay instrumentos reales ni programados, sólo interpretaciones vocales de la artista mexicana, en un esfuerzo por, como ella dice, “retar a su voz de muchas formas”.

Así, la artista volvió al festival Vive Latino con un disco que no todos entendieron y que, como ella cuenta en entrevista con El Sol de México, recibió todo tipo de respuestas, desde los que dijeron: “guácala” hasta los que exclamaron “wow”.

Y es que, como ella misma asegura, “Zion vino a ahondar de manera más compleja y exigente todo para el escucha”. Esto sin olvidar que buena parte del tiempo de promoción que pudo haberle dedicado al disco, fue tiempo secuestrado por el confinamiento y la pandemia.

“Sentíamos un espacio muy positivo para Zion, pero sí nos lo arrancó la pandemia. Ahora ya entendí que tenemos que soltarlo, lo cual no es difícil para mí, no me aferro a las cosas. Creo que Zion va a tener su propio pulso y su tiempo”.

Antes de hacer ese disco, grabado y producido en su totalidad por ella misma, la cantante había estado trabajando en otros proyectos musicales, como el realizado en conjunto con Alondra de la Parra, además de actuar al lado de otras orquestas, bajo la dirección de distintos directores, en una serie de retos diferentes sobre cómo acercarse a su voz con otras responsabilidades:

“Fue muy educativo darme cuenta de mi registro, de mis capacidades y de que tengo una voz con la que puedo hacer cosas bellísimas, porque siendo realmente objetiva pues sí tengo un registro de voz que me permite hacer graves muy graves y agudos muy agudos, así que transitar por todos esos lugares me permitió entender muchas cosas.

Festejará sobre el escenario

Después de la experiencia con Zion, Ely Guerra celebra que este momento de la pandemia ya le permita regresar a los escenarios, coincidiendo con sus tres décadas de trayectoria:

“Hay una coherencia linda en todo esto, porque decidí tomar la guitarra y afrontar estos 30 años sola, con mi guitarra, que creo que es como una forma de volver a empezar. No sé si tenga sentido, pero para mí lo tiene. Es como decir: OK, ya toqué fondo, canté con todas mis voces y ahora es un nuevo momento en donde tengo la oportunidad de volver a tomar mi guitarra y comenzar de nuevo así, a pelo”.

De momento dice que no puede asegurar en qué dirección musical irá su próxima aventura musical, aunque se dice confiada:

“Tengo la fortuna de que mi carrera es un espacio popular, pero que también me ha dado la oportunidad de ser auténtica, y la mejor decisión que pude tomar para realmente defender mi carrera fue siendo completamente independiente desde hace 18 años, y así hemos defendido la música, para que no se vea alterada por la forma en que hay que promocionarla y provocando la curiosidad del escucha para diversificar su oreja”.

¿El último disco?

Reflexionando sobre los embates de la pandemia, dice que la contingencia la puso en un lugar de duda que le hizo pensar si Zion sería su último disco:

“Sí llegué a pensar que quizás sería lo último que hiciera, porque la pandemia nos sacudió cuando vimos que ya no podíamos salir a cantar, ya que eso es lo que nos da de comer a mí a todo mi equipo, pero también lo que nos permite producir música nueva”.

Así que su idea fue, como ella misma cuenta: dejar de ser músico para continuar siéndolo:

“Cuando la pandemia nos quita este privilegio, pues estuve luchando porque soy una mujer muy trabajadora, y salí adelante vendiendo mis productos para la piel y los perfumes que hago desde hace 15 años… Y eso fue lo que nos salvó: Dejé de ser músico durante la pandemia para dejar que la música siguiera siendo respetada”.

Y precisamente como una consecuencia de todos los momentos tan fuertes por los que pasó, es que se dice segura de que su próximo trabajo estará impregnado de todo ello:

“Lo que sí puedo sentir es que va a ser algo poderoso, porque traigo un bagaje sumamente denso, de mucho aprendizaje y de mucha lucha”, asegura.

“Yo era independiente estando en las disqueras”

Hablando de luchas, salen a colación los tiempos en los que trabajó de la mano de las grandes disqueras (BMG y EMI) con las que editó sus primeros cuatro discos, y con las que recibió sus primeras nominaciones a premios internacionales:

Creo que desde un principio la gran lucha era por cómo defender un material, porque ellos (los ejecutivos discográficos) decían: Me gustas tú, eres súper poderosa en el escenario y físicamente agradable, o sea: tienes todo para triunfar… Hasta me llegaron a decir que le tenía miedo al éxito, porque no me dejaba manipular. Pero no me fui del sistema por rebelde sin causa, sino porque no comulgaba con mucho lo que ocurría. Yo creo que más bien era como un músico independiente dentro de las disqueras, porque hasta teníamos nuestra propia forma de colaborar con los medios de comunicación. Y es que les decía que yo no haría cierto tipo de entrevistas en las que no hay fondo ni forma”, recuerda.

Y es aquí donde Ely Guerra destaca que, justo cuando se hizo independiente, fue cuando le llegó su primer Grammy, gracias al disco Hombre Invisible, un trabajo en el que ella desarrolló una serie de canciones a partir de un elemento aportado por artistas como Bunbury, Alvaro Enríquez, Juanes, Meme y Gustavo Santaolalla, entre otros.

“Por eso se llama Hombre Invisible, porque detrás de cada canción había un hombre importante que me ha enseñado a ver la música y que me gusta lo que hace. Para ellos fue una sorpresa la invitación, porque pensaban que nos íbamos a reunir para hacer canciones en conjunto, pero yo sólo quería ese impulso musical de ellos, para partir desde un lugar que no fuera conocido para mí… Me siento muy orgullosa de ese disco y de que haya ganado un Grammy”.

Antes de concluir, le preguntamos su opinión de que, a 18 años de haberse editado, su disco Sweet & Sour, Hot y Spicy siga siendo el más popular entre sus seguidores en las plataformas de streaming.

Ella lo atribuye al momento en que salió el disco, en el que ubica un momento de ebullición muy importante para la música alternativa, además del trabajo de producción que realizó en conjunto con cinco productores mexicanos:

“Fue un disco que puso a trabajar mucho a la compañía disquera y a nosotros como equipo; yo me desgasté muchísimo porque toda la producción la armé yo, con esos productores, pero ahí está el resultado. Es un disco que tiene una muy buena receta, de esas que se van cocinando con muchos ingredientes y en las que al mismo tiempo hay paciencia, amor y coordinación… Además de que ya se notaba la lucha que veníamos trayendo como mujeres”.

El “Chilean Wey”

Este 4 de junio, la artista formará parte del cartel de un festival denominado “Chilean Wey”, en el que se presentarán diez artistas mexicanos y diez chilenos, y que para ella será una oportunidad de salir de su zona de confort para formar parte de algo más grande:

“Será una presentación de 60 minutos, lo cual es un tiempo bello para poder compartir canciones. Yo voy sola con mi guitarra, lo cual es un reto para mí, pero me gusta porque me hace sentir en una zona menos cómoda; me emociona porque estaré entre muchas bandas y colegas más ruidosos que tocan de forma increíble… Creo que hoy en día estos festivales en los que hay tanta diversidad nos ayudan a percibir las diferencias como algo positivo”.

Ely Guerra se dice muy cercana a la música de Chile, no sólo por su conocida colaboración con La Ley en una versión en vivo del clásico “El duelo”, sino por todo lo que representa ese país para ella:

“He hecho giras maravillosas donde no sólo he tocado y donde me he sentido bienvenida, sino en las que también me han alimentado de forma increíble y me han hecho sentir en casa… Definitivamente es un país de músicos extraordinarios”

Y aunque dice que no puede asegurar que en dicho festival habrá alguna colaboración sobre el escenario, admite que le gustaría que esto ocurriera con Los Daniels, con quienes grabó una colaboración hace poco tiempo.



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A lo largo de las tres décadas de trayectoria que este 2022 cumple Ely Guerra, su carrera se ha desenvuelto de distintas formas, primero bajo la visión hasta cierto punto limitada de las disqueras trasnacionales y luego bajo sus propios parámetros, ya desde la independencia.

La muestra más palpable de esto fue su última grabación de estudio, titulada Zion (2019), un disco conceptual en el que todos los sonidos que se escuchan, sin excepción, provienen de su voz. No hay instrumentos reales ni programados, sólo interpretaciones vocales de la artista mexicana, en un esfuerzo por, como ella dice, “retar a su voz de muchas formas”.

Así, la artista volvió al festival Vive Latino con un disco que no todos entendieron y que, como ella cuenta en entrevista con El Sol de México, recibió todo tipo de respuestas, desde los que dijeron: “guácala” hasta los que exclamaron “wow”.

Y es que, como ella misma asegura, “Zion vino a ahondar de manera más compleja y exigente todo para el escucha”. Esto sin olvidar que buena parte del tiempo de promoción que pudo haberle dedicado al disco, fue tiempo secuestrado por el confinamiento y la pandemia.

“Sentíamos un espacio muy positivo para Zion, pero sí nos lo arrancó la pandemia. Ahora ya entendí que tenemos que soltarlo, lo cual no es difícil para mí, no me aferro a las cosas. Creo que Zion va a tener su propio pulso y su tiempo”.

Antes de hacer ese disco, grabado y producido en su totalidad por ella misma, la cantante había estado trabajando en otros proyectos musicales, como el realizado en conjunto con Alondra de la Parra, además de actuar al lado de otras orquestas, bajo la dirección de distintos directores, en una serie de retos diferentes sobre cómo acercarse a su voz con otras responsabilidades:

“Fue muy educativo darme cuenta de mi registro, de mis capacidades y de que tengo una voz con la que puedo hacer cosas bellísimas, porque siendo realmente objetiva pues sí tengo un registro de voz que me permite hacer graves muy graves y agudos muy agudos, así que transitar por todos esos lugares me permitió entender muchas cosas.

Festejará sobre el escenario

Después de la experiencia con Zion, Ely Guerra celebra que este momento de la pandemia ya le permita regresar a los escenarios, coincidiendo con sus tres décadas de trayectoria:

“Hay una coherencia linda en todo esto, porque decidí tomar la guitarra y afrontar estos 30 años sola, con mi guitarra, que creo que es como una forma de volver a empezar. No sé si tenga sentido, pero para mí lo tiene. Es como decir: OK, ya toqué fondo, canté con todas mis voces y ahora es un nuevo momento en donde tengo la oportunidad de volver a tomar mi guitarra y comenzar de nuevo así, a pelo”.

De momento dice que no puede asegurar en qué dirección musical irá su próxima aventura musical, aunque se dice confiada:

“Tengo la fortuna de que mi carrera es un espacio popular, pero que también me ha dado la oportunidad de ser auténtica, y la mejor decisión que pude tomar para realmente defender mi carrera fue siendo completamente independiente desde hace 18 años, y así hemos defendido la música, para que no se vea alterada por la forma en que hay que promocionarla y provocando la curiosidad del escucha para diversificar su oreja”.

¿El último disco?

Reflexionando sobre los embates de la pandemia, dice que la contingencia la puso en un lugar de duda que le hizo pensar si Zion sería su último disco:

“Sí llegué a pensar que quizás sería lo último que hiciera, porque la pandemia nos sacudió cuando vimos que ya no podíamos salir a cantar, ya que eso es lo que nos da de comer a mí a todo mi equipo, pero también lo que nos permite producir música nueva”.

Así que su idea fue, como ella misma cuenta: dejar de ser músico para continuar siéndolo:

“Cuando la pandemia nos quita este privilegio, pues estuve luchando porque soy una mujer muy trabajadora, y salí adelante vendiendo mis productos para la piel y los perfumes que hago desde hace 15 años… Y eso fue lo que nos salvó: Dejé de ser músico durante la pandemia para dejar que la música siguiera siendo respetada”.

Y precisamente como una consecuencia de todos los momentos tan fuertes por los que pasó, es que se dice segura de que su próximo trabajo estará impregnado de todo ello:

“Lo que sí puedo sentir es que va a ser algo poderoso, porque traigo un bagaje sumamente denso, de mucho aprendizaje y de mucha lucha”, asegura.

“Yo era independiente estando en las disqueras”

Hablando de luchas, salen a colación los tiempos en los que trabajó de la mano de las grandes disqueras (BMG y EMI) con las que editó sus primeros cuatro discos, y con las que recibió sus primeras nominaciones a premios internacionales:

Creo que desde un principio la gran lucha era por cómo defender un material, porque ellos (los ejecutivos discográficos) decían: Me gustas tú, eres súper poderosa en el escenario y físicamente agradable, o sea: tienes todo para triunfar… Hasta me llegaron a decir que le tenía miedo al éxito, porque no me dejaba manipular. Pero no me fui del sistema por rebelde sin causa, sino porque no comulgaba con mucho lo que ocurría. Yo creo que más bien era como un músico independiente dentro de las disqueras, porque hasta teníamos nuestra propia forma de colaborar con los medios de comunicación. Y es que les decía que yo no haría cierto tipo de entrevistas en las que no hay fondo ni forma”, recuerda.

Y es aquí donde Ely Guerra destaca que, justo cuando se hizo independiente, fue cuando le llegó su primer Grammy, gracias al disco Hombre Invisible, un trabajo en el que ella desarrolló una serie de canciones a partir de un elemento aportado por artistas como Bunbury, Alvaro Enríquez, Juanes, Meme y Gustavo Santaolalla, entre otros.

“Por eso se llama Hombre Invisible, porque detrás de cada canción había un hombre importante que me ha enseñado a ver la música y que me gusta lo que hace. Para ellos fue una sorpresa la invitación, porque pensaban que nos íbamos a reunir para hacer canciones en conjunto, pero yo sólo quería ese impulso musical de ellos, para partir desde un lugar que no fuera conocido para mí… Me siento muy orgullosa de ese disco y de que haya ganado un Grammy”.

Antes de concluir, le preguntamos su opinión de que, a 18 años de haberse editado, su disco Sweet & Sour, Hot y Spicy siga siendo el más popular entre sus seguidores en las plataformas de streaming.

Ella lo atribuye al momento en que salió el disco, en el que ubica un momento de ebullición muy importante para la música alternativa, además del trabajo de producción que realizó en conjunto con cinco productores mexicanos:

“Fue un disco que puso a trabajar mucho a la compañía disquera y a nosotros como equipo; yo me desgasté muchísimo porque toda la producción la armé yo, con esos productores, pero ahí está el resultado. Es un disco que tiene una muy buena receta, de esas que se van cocinando con muchos ingredientes y en las que al mismo tiempo hay paciencia, amor y coordinación… Además de que ya se notaba la lucha que veníamos trayendo como mujeres”.

El “Chilean Wey”

Este 4 de junio, la artista formará parte del cartel de un festival denominado “Chilean Wey”, en el que se presentarán diez artistas mexicanos y diez chilenos, y que para ella será una oportunidad de salir de su zona de confort para formar parte de algo más grande:

“Será una presentación de 60 minutos, lo cual es un tiempo bello para poder compartir canciones. Yo voy sola con mi guitarra, lo cual es un reto para mí, pero me gusta porque me hace sentir en una zona menos cómoda; me emociona porque estaré entre muchas bandas y colegas más ruidosos que tocan de forma increíble… Creo que hoy en día estos festivales en los que hay tanta diversidad nos ayudan a percibir las diferencias como algo positivo”.

Ely Guerra se dice muy cercana a la música de Chile, no sólo por su conocida colaboración con La Ley en una versión en vivo del clásico “El duelo”, sino por todo lo que representa ese país para ella:

“He hecho giras maravillosas donde no sólo he tocado y donde me he sentido bienvenida, sino en las que también me han alimentado de forma increíble y me han hecho sentir en casa… Definitivamente es un país de músicos extraordinarios”

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