Con 25 años de trayectoria, Gabriel Soto encabeza el elenco de Amor dividido, producción de Angelli Nesma, que se mantiene con tres millones de espectadores cada tarde, un éxito más en su carrera.
“Pensar morir en un escenario no es descabellado hasta cierto punto, porque dejas tanta energía, tanta pasión, tanto sudor, tantas lágrimas, risas, emociones, que se convierten en tu vida”, reflexiona el actor en entrevista con El Sol de México.
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“No creo diversificarme en otra profesión, porque amo lo que hago, me encanta estar en un foro de televisión, en el set o en el teatro. Cada vez que me levanto no solamente agradezco la vida, cada vez que entro al escenario veo las luces, el montaje, a los de iluminación. Es así, como una lluvia de alegría. Sin duda alguna podría decir que quiero morir en un escenario, tal cual”.
Gabriel Soto, quien encarna a Max Stewart Doar, expresó que la audiencia los está favoreciendo “porque se tocan temas actuales, difíciles y fuertes como la inclusión, el aborto, la migración, con los que mucha gente se va a identificar porque está armonizado en un cuento de drama coloquial que no se hace agresivo, se hace bonito por el tono, porque el objetivo principal es la familia y el amor”.
Sobre su personaje detalla que es totalmente diferente a lo que había hecho antes de esta novela. “Traté de cambiar muchísimo la cuestión de la imagen. Es un personaje muy bonito porque él es mexicano y su mamá americana.
“Desde muy niño se lo lleva a vivir a Estados Unidos y crece con la cultura norteamericana. Su padre es de Zacatlán, es un pueblo mágico donde se desarrolla la historia y Abril (Eva Cedeño), también es originaria de ahí”.
La trama se basa en dos parejas, una representa la división de la familia, porque él va en busca del sueño americano y la otra, la mudanza de Estados Unidos a México, donde el personaje de Gabriel Soto quien va a descubrir sus raíces mexicanas.
“Este linaje de la sangre latina, su amor al país de origen, la comida y tradiciones. Al llegar se empieza a quitar ideas que tenía y a liberarse. El Max del inicio como el del final, serán totalmente diferentes. Lo veremos más suelto, más libre. Es muy bonito. Las telenovelas de México van a más de 100 países, donde se conoce a través de nosotros la cultura, la gastronomía, los sitios turísticos, es algo increíble”, ahondó en la charla.
“Cada personaje que encarno, tiene algo de Gabriel como parte de su esencia, de la persona que uno es. Yo siempre digo que el oficio es una consola de audio que le vas moviendo: al sentimiento, a la ira, a la preocupación y le vas moviendo de tal manera que lo ecualizas de emociones para integrarlo a lo que demanda la psicología del libreto. Max es pragmático debido a su cultura americana y su transformación es muy bonita”, dijo.
Por otra parte, Gabriel Soto no quita el dedo del renglón para darle continuidad a su fundación que ayuda a jóvenes talentos del box. “Este trabajo lo hago con mucho cariño, encausando a chicos en el deporte, ahí no gano nada, al revés invierto y me cuesta, pero lo hago con mucho cariño, porque realmente mi objetivo es ayudar más que nada”.
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