Con un prolongado aplauso de pie, fue recibido José María Napoleón en un Auditorio Nacional con sold out. El artista ofreció la noche del miércoles un emotivo recital entre baladas y otras canciones más acompañado por el Mariachi Imperial Azteca, en la primera de las tres fechas de su gira de despedida Hasta siempre. Canción final.
Napoleón brindó una noche inolvidable en honor a su público que lo mantiene vigente desde hace más de cinco décadas y repetirá la hazaña el próximo martes 16 y el 11 de octubre en el mismo recinto.
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Pasadas las 20:40 horas, ataviado de una camisa azul marino e igual tono de corbata, saco y pantalón gris oxford, junto a sus cinco coristas, abrió con el tema De vez en vez. El concierto nocturno que fue registrado para la posterior edición de un CD-DVD.
"¡Gracias, muchas gracias! Estar ante ustedes es maravilloso. Qué honor y qué gusto, la palabra gracias es muy cortita. De todo corazón no saben cómo vivo esto, de todo corazón, gracias”, declaró ante el eufórico recibimiento a su persona por parte de casi 10 mil almas.
Continuó interpretando Corazón bandido y una más dedicada a las mujeres con mucho respeto por su fidelidad a su música, que fue Quisiera.
"Qué gusto de verdad, que he compartido a lo largo de todos estos años, tantas experiencias hermosas en mi vida artística, gracias por estar. Ha sido una carrera como diría mi padre, de resistencia. Doy gracias a Dios, a la vida y a ustedes, que me permiten estar aquí, en este día tan especial. ¡Espero que se la pasen bien! Qué entre canción y canción aflore un recuerdo y haya sido una buena decisión haber venido aquí con el Napo", expresó emocionado.
Tras interpretar Tengo celos, recordó a sus amigos ya fallecidos, José José y Juan Gabriel, con quienes vivió “momentos tan hermosos” y reconoció que su ausencia "ha sido difícil, pero ha sido maravilloso (conocerlos) gracias a Dios y a personas como ustedes".
Siguió con Amor de habitación y Leña verde, una de las más coreadas de la noche, Después de tanto, canción que Juan Gabriel la grabó a guitarra y es la hora que su heredero no le autoriza a utilizarla, "no he podido ponerle mi voz porque hay algunas personas que no permiten que lo haga. La canción es preciosa, pero Iván no me lo permite. Les prometo que voy a seguir intentando. Si Iván cede, sería bueno ponerle mi voz”
Porqué faltan palabras para decirte dio paso a un momento relevante de la noche musical, el tributo a José José.
Napoleón recordó al Príncipe de la Canción con los temas Lo que un día fue no será, Mientras llueve, así como Y para qué. Los tres temas en memoria de su gran amigo José José, "siempre me hacía bromas. Era un gran amigo, tuve la fortuna de conocerlo de cerquita, él fue el mejor intérprete de México...”.
Y continuó con uno de sus himnos musicales, Ella se llamaba Martha , otra letra de las más coreadas por el público, El grillo y Canción molino rojo, en honor a su madre, que en el momento de estar en el hospital le brotó la inspiración para este tema, ante la pérdida física del ser amado que le dio la vida. Entonces salió el escenario.
Antes de la aparición del Mariachi Imperial Azteca, un invitado especial se hizo presente: su hijo José María Ru, quien interpretó tres melodías, una de estas que compuso para su padre, Tú me enseñaste a volar, en la que Napoleón lo acompañó.
Napoleón regresó, acompañado por el mariachi para cantar temas con arreglos modernos, como el éxito Recuerdo apagado y Aún estoy de pie, con las que la euforia por parte de sus seguidores continuaba, luego de aprobar las canciones de José María Ru, su hijo también cantautor.
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Así terminó una noche que quedará inmortalizada en una producción audiovisual como testimonio de la despedida de los escenarios tras más de medio siglo de carrera de Napoleón.
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