Entrar al universo de Rafael Cauduro (Ciudad de México, 1950) es sumergirse en un cosmos creativo que va del dibujo a la escultura, de la pintura al mural. Es quedar atrapado en un pensamiento complejo contenido en obra de arte que, en el trasfondo, refleja la complejidad de la sociedad del momento. El libro Aquí “estubo” Cauduro (Trilce, 2021) permite entrar a este universo para encontrarse con un artista tan rebelde como fantástico.
El libro reúne 400 obras, desde bocetos, dibujos y anotaciones hasta pinturas y referencias a murales, en un intento por ofrecer una revisión crítica de más de 50 años de trayectoria artística y ubicar en la historiografía del arte contemporáneo nacional e internacional, el lugar de Cauduro. La publicación derivó en la exposición Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro), que actualmente se exhibe en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
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“Era casi una emergencia revisar su obra, porque de los artistas del tiempo, de Rafael sólo había catálogos y un libro que se agotó hace mucho tiempo, no había, hasta ahora, una revisión crítica de su obra. Cuando empezamos este proyecto, hace más de seis años, pensábamos que podía ser un proyecto de un año o año y medio, hasta que entramos a su estudio de la mano de Judith Gómez, quien hizo la investigación, que nos dimos cuenta de la inmensa producción que no se conoce”, apuntó en entrevista Deborah Holtz, editora de Trilce, quien aclaró que el libro no es el catálogo de la exposición.
La propuesta es mostrar al lector no sólo las obras finales de Cauduro, sino su proceso creativo en un esfuerzo por entender su pensamiento. Así el libro destaca imágenes preparatorias como bocetos, dibujos, ejercicios matemáticos para definir figuras, trazos de posibles escenarios, y anotaciones en diarios que el artista realizó como trabajo previo a la pintura o mural, y que por primera vez se reúnen en una publicación.
“Fue una tarea intensa, tuvimos que echarnos un clavado en todo el pensamiento de Cauduro desde su adolescencia hasta ahora, un artista más maduro con temas tan difíciles como el que presenta en el mural de la Suprema Corte de Justicia. Y en el libro se nota cómo es un hombre que nunca siguió una corriente, permaneció fiel a sus principios individuales y fue tan crítico con temas como la injusticia y lo mismo reflexionó sobre la discapacidad o el sistema carcelario”, añadió Holtz, del libro que se presenta el 26 de mayo en San Ildefonso.
La publicación tiene un ensayo del historiador y crítico Juan Rafael Coronel quien hace un repaso conceptual sobre la obra del artista para ubicarlo en su generación.
“Rafael Cauduro es un artista importante debido a que, junto con Carla Hernández, aportó una serie de elementos determinantes a la técnica artística en un periodo de búsqueda, lo cual liberó a la pintura de su bidimensionalidad. Sin embargo, su contribución no fue exclusiva en ese campo, también consolidó la exploración en torno al concepto de la perspectiva para brindar a sus creaciones una movilidad sensorial que actúa como un personaje más dentro de su obra”, escribe el historiador en la introducción del libro.
Además incluye un desglose del árbol geneálógico de Cauduro a cargo de Gonzalo Vélez y un análisis de Dina Comisarenco sobre el mural Los siete crímenes mayores, que se ubica en la Suprema Corte de Justicia.
También se revisa la presencia de Cauduro en otras disciplinas como el diseño de vestuario y escenografía de la ópera Salomé, puesta en escena de Arturo Ripstein que se realizó en Salzburgo, Austria, durante el Festival de julio de 1994.
A decir de Holtz, la investigación denota cómo Cauduro ha mantenido, durante más de cinco décadas, la experimentación como epicentro de sus pinturas y esculturas que al mismo tiempo que hacen una crítica social, refieren a la añoranza del pasado.