LOS ÁNGELES. No time to die, la última película de la franquicia James Bond, volverá a aplazar su estreno hasta el 2 de abril de 2021, un año más tarde de lo previsto, por la pandemia del coronavirus.
La decisión de mover el estreno hasta 2021 deja a los cines sin ninguna superproducción para otoño, después de que Disney decidiera reservar también para el próximo año Black widow y la nueva versión de West side story, rodada por Steven Spielberg.
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"Entendemos que la demora será decepcionante para nuestros seguidores pero ahora esperamos compartir No time to die el próximo año", explicaron los estudios Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) sobre la decisión, tomada con el objetivo de que se proyecte en cines.
En marzo, cuando la pandemia del coronavirus estalló, los fundadores de dos de los clubes de fans más populares de James Bond publicaron una carta abierta a los productores de la película en la que pedían que se retrasara la salida de la cinta protagonizada por Daniel Craig.
"Es el momento de poner la salud pública por delante de las agendas", señalaba esa misiva.
Así, la cancelación de No time to die iniciaba una cadena de aplazamientos que ha dejado completamente paralizada la actividad cinéfila de 2020.
La única película de alto presupuesto que ha llegado a cines este verano es Tenet, de Christopher Nolan, con un lanzamiento irregular que apenas logró cubrir costes (207 millones de dólares) tras varias semanas en taquilla.
En cambio, Disney tiró la toalla y lanzó Mulan por su plataforma de streaming a cambio de un precio que partía de los 30 dólares estadounidenses -y variaba según países-, pero que no habría convencido porque no repetirá el modelo con otras producciones.
Aún queda por saber qué pasará con Soul, la esperada película animada de Pixar que se mantiene en el calendario para el 20 de noviembre, así como con Wonder Woman 1984 y la nueva Dune, fijadas para un mes de diciembre completamente incierto.