El vacío que quedó en los fans de la Casa de Papel podría ser llenado con el estreno de White Lines, una nueva serie adictiva que fue estrenada el 15 de mayo en Netflix y que promete enganchar al público con su extraño y frenético argumento.
Cada capítulo está plagado de momentos de ensueño, tentaciones, belleza y peligros, una combinación que atrapará al espectador desde el primer capítulo y que se convertirá en otro fenómeno de audiencia, tal y como lo fue la Casa de Papel y la sofisticada The Crown.
La nueva oferta de Netflix recrea una nueva versión sobre la historia de dos líneas temporales que tarde o temprano recrearán el presente y pasado de un conflicto complejo, enigmático y adictivo.
Cuenta un crimen ocurrido años atrás y de manera rápida y objetiva llega al presente para desenvolver la enigmática historia con tintes de suspenso y drama.
Respecto al guión, es otro elemento que se aplaude porque no es tan profundo o extenso, de ahí que posee la cualidad de ser compacto, bien pensando, estructurado y sofisticado.
LA TRAMA
El personaje central en White Lines es Zoe Walker, papel interpretado por Laura Haddoc, quien es una mujer que tiene varios traumas pero que aparenta soportar una realidad mejor que su oscuro pasado.
En un breve momento de cordura llega a la soleada Ibiza y revivenun momento terrible de su pasado: la misteriosa desaparición de su hermano hace 20 años.
Aunque Zoé tratara de resolver el pasado su salud mental no es un elemento que juegue a su favor, pero en contraste se encuentra en una isla sensual, misteriosa y extravagante.
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