La crítica internacional la ha catalogado como una obra maestra, pero para su director, el polaco Pawel Pawlikowski, ColdWar (Guerra fría) “al final de cuentas es una historia épica de amor. Cuando la gente la ve siente que se está contando un fragmento de su propia vida. Porque para muchos sólo se tiene una historia de amor”.
Ganadora de varios premios, entre ellos Mejor Director en el Festival de Cannes, Mejor Película Europea en 2018 y con tres nominaciones al Oscar a Mejor Director, Mejor Película en Lengua Extranjera y Mejor Fotografía, Cold war es la producción más fuerte que puede dar la sorpresa y arrebatarle algunos de los galardones a Roma de Alfonso Cuarón, en la próxima entrega de la estatuilla que otorga la Academia de Hollyood.
Festival de Cine de la UNAM da cabida a un cine más arriesgado y subversivo
De hecho, Roma y Cold war transitan por las mismas rutas narrativas como el uso del blanco y negro, la reconstrucción histórica y sobre todo, que ambas tienen su origen en los recuerdos e infancia de sus directores, aunque con propuestas diferentes.
La apuesta de Pawel Pawlikowski se centra en contar la tormentosa y apasionada historia de una cantante y un pianista en los años 50, durante la Guerra Fría en Polonia, la situación política, las posturas ideológicas y el exilio los llevarán a separarse y a reencontrarse en diferentes momentos, lo mismo en Berlín, Yugoslavia o París.
Más que intentar hacer una reflexión histórica sobre la Guerra Fría, el realizador se inspiró en sus padres, para crear esta odisea amorosa. “No la hice por razones intelectuales, además no creo que el cine sea una terapia, más bien de ellos se quedó conmigo el recuerdo durante mucho tiempo, a un después de muertos en 1989.
“Fui hijo único y veía sus pleitos y separaciones, era molesto y ridículo todo eso. Duraron juntos 40 años, pero a la distancia descubrí que en ellos había la madre de todas las historias de amor”, recuerda el cineasta ganador del Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera por Ida en 2015.
Para el cineasta, cuando hace una película él busca personajes que funcionen en diferentes niveles de emociones y se aborden distintas problemáticas y el caso particular de Cold war decidió que la música fuera un personaje fundamental en la historia y partió de tres canciones populares del folclore polaco, que se repiten varias veces a lo largo del filme en diferentes versiones. La cinta se adereza lo mismo con temas de cortes jazzísticos hasta rock and roll.
“Cuando estoy escribiendo el guión de una película, siempre estoy pensando en la música, es muy importante en mi vida”, expresa Pawlikowski, quien afirma que ha vivido con el cine 50 años de su vida, “estoy lleno de referencias y reminiscencias, el trabajo de muchos directores está agolpado en mi mente”.
Sobre su coincidencia con la cinta de Alfonso Cuarón, Pawel Pawlikowski considera que “ambos hemos vivido en el extranjero y hemos querido regresar a algo que conocemos.Tenemos más cosas en común en el aspecto personal que en el cinematográfico”.
Pawlikowski menciona que le encantaría filmar en México “es un país muy rico, con tantos rostros y tipos diferentes, yo lo retrataría como un escenario muy exótico. Me gustaría renacer en México, que al igual que Colombia tiene mucho material para trabajar”.
Desde su perspectiva, los realizadores como Alfonso Cuarón, Guillermo Del Toro o Alejandro González Iñárritu “no son parte de la industria de Hollywood, pero tienen una gran visión cinematográfica, no tienen miedo atacan todo, ignoran y pasan por alto las reglas y utilizan lo que la industria de Estados Unidos les puede dar. Los Tres Amigos han entrado a ese escenario y han irrumpido, son solidarios entre ellos y se desafían, es una gran coincidencia que estén presentes al mismo tiempo”.