CANNES. La fiesta de cine, el certamen que pretende a justo título ser el espejo global del quehacer cinematográfico a nivel mundial fue escenario en su primer día de varios asuntos entre los cuales la película de inauguración fuera de competencia no fue justamente en el centro de atención y esto por varias razones dominando entre ellas su poco satisfactorio resultado.
Tradicionalmente las películas de inauguración en el festival rara vez hacen la unanimidad ya que tienen el difícil papel de satisfacer el gusto del público de gala compuesto de oficiales y personajes no necesariamente afines a la cinefilia sin ser a la vez excesivamente “intelectuales”. Quizás en el caso de este año la producción francesa Corte, dirigida por Michel Hazanavicius, hizo muchas concesiones al cine-espectáculo, fácil de digerir y apreciar por el publico general.
Hazanavicius, con la excepción del Oscar en 2011 como mejor director para El artista, no tiene en su carrera algún otro filme que por su calidad explicaría las múltiples selecciones de películas suyas en pasadas ediciones de este certamen.
Corte es quizás la menos buena de todas ellas. Originalmente llamada Z, título que se cambió al último minuto para no hacer referencia a la misma letra pintada en los tanques y vehículos militares utilizados por el Ejército ruso en su invasión a Ucrania, se presenta como una película dentro de una otra película misma que con el tema de los zombies, es dirigida por un regular director francés comisionada por productores japoneses.
Lo que en su principio parece una verdadera película de zombies se transforma conforme avanza en un making of del cómo se armó la producción de la cinta para concluir con el final de la filmación, a conocimiento ya de que se trata de una supuesta película de género. Las consiguientes mezclas entre varios géneros de acercamiento fílmico a pesar de que algunas veces hasta lograron producir carcajadas por parte del público de gala, componen un resultado bastante caótico, poco creíble y seguramente desigual.
No se puede saber si el director artístico del certamen, el todopoderoso Thierry Fremaux tendrá que explicar la selección de esta película de manera más convincente que aquella con la que, durante su conferencia de prensa, rechazó la denuncia que el festival ha censurado partes de una entrevista que él concedió al colaborador de una conocida publicación estadunidense. La revista denuncio aquí públicamente la censura, canceló la publicación de la entrevista y el asunto está entre lo más debatido entre partidarios y oponentes a Fremaux en los círculos de los aquí presentes para el festival.
Las controversias de este primer día no se limitaron a esto. El doblemente oscareado (Una separación en 2011 y El vendedor en 2017) célebre director iraní Asghar Farhadi, miembro este año del jurado internacional, tuvo que responder a varias preguntas de periodistas a lo largo de una conferencia de prensa que precedió a otra con todo el jurado. El asunto, divulgado hace poco, se refiere a la acusación de plagio de parte una estudiante suya en Irán quien afirma que en su última película, Un héroe, presentada aquí el año pasado y ganadora del Gran Premio, Farhadi plagió un cortometraje de ella. El asunto está en manos de la justicia en Irán y ha sido muy incómodo para el director.
Entenderemos por qué los dudosos méritos de la película de inauguración cedieron el terreno de la actualidad a todo lo anterior si agregamos además la inusitada ausencia del ministro de Cultura francés en la inauguración del certamen. La nueva primera ministra Elizabeth Borne fue nombrada apenas la noche del lunes por el presidente Macron y es sólo la segunda mujer en ocupar este puesto en Francia desde los tiempos de Edith Cresson en 1991 nombrada por el presidente Francois Mitterand.
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Quizás poco cine y mucho chisme en este primer día del certamen que fue marcado además por la inauguración del Mercado de Cine, último bajo su jefe actual desde hace 27 años, el pletórico y emprendedor Jerome Paillard quien cede el puesto a su joven adjunto Guillaume Espiol.
Los cambios en la cúpulas del certamen incluyen aquellos del presidente del festival que, a la salida del actual titular Pierre Lescure, pasa a manos de la dinámica Iris Knobloch ex funcionaria de la Warner Brothers Francia, ya se verá cómo será su relación con Fremaux, mientras que en la secciones paralelas, Ava Cahen es la nueva delegada artística de la Semana de la Critica en sustitución de la voluntaria salida de Charles Tesson a la vez que la controvertida Sociedad de Realizadores Franceses (SRF) pone a la puerta de manera injusta, después de apenas dos años en el puesto, al exitoso delegado de la Quincena de Realizadores Paolo Moretti.
Entre las películas y proyectos que se presentarán en el Mercado del Film, IMICNE, a pesar de su presencia únicamente digital, promueve ante agentes de ventas, distribuidores y programadores de festivales dos proyectos en post producción, Regreso al mar de mis muertos de Esteban García Garzón, una coproducción con Colombia y La piel pulpo de Ana Cristina Barragán Carrión, una coproducción con Ecuador, Grecia, Alemania y Francia.