Si hubo una industria que salió beneficiada con la pandemia, esa fue la del podcast. De acuerdo con cifras de Spotify, en 2020, el número de podcasts en español y portugués creció en más de 400%.
Por ello no es extraño que la oferta de este formato se enriquezca con contenidos que antes sólo veíamos en libros, películas o series. Este es el caso de Transportista, un podcast que cuenta la historia de un piloto aviador que fue reclutado por algunos de los capos de la droga más poderosos del mundo, para quienes trabajó durante tres décadas transportando cocaína.
Se trata de un podcast que relata hechos reales recopilados por los periodistas mexicanos Diego Enrique Osorno y Meño Larios, quienes desde hace tiempo se han dedicado a migrar las investigaciones periodísticas a los diferentes formatos del entretenimiento, como series documentales y ahora, podcasts.
“Esto no es un reportaje: es una película”. Esa fue la principal instrucción que les dieron a este par de reporteros cuando comenzaron con la realización de Transportista, narrado por el actor Joaquín Cosío. Periodistas al fin, están acostumbrados al caos de los datos y los apuntes infinitos. Hacer un podcast, sin embargo, requiere de una narrativa diferente a la que se necesita para escribir una crónica o un reportaje.
“Han sido las plataformas de entretenimiento quienes han buscado a los periodistas”, asegura Meño Larios, reportero sonorense que ha colaborado para medios como Vice News, Expansión y Animal Político. Él fue uno de los investigadores que hicieron posible 1994, la serie documental de Netflix que narra aquel año convulso en que México se hundió en una de sus crisis políticas, sociales y económicas más profundas.
Hablar sobre narcotráfico no es algo propiamente novedoso, “pero hacerlo es más que necesario”, dice Larios. Porque la realidad de los 250 mil muertos y los más de 60 mil desaparecidos es insoslayable. Transportista es otra forma de acercarse a esa realidad. Sólo que de una manera más íntima, como mejor saben las historias: contadas al oído.
“El encierro (provocado por la pandemia) hizo que mucha gente tuviera la necesidad de escuchar una voz, aunque sea desde el teléfono o la computadora. Nuestro podcast tiene una estructura particular, porque lo hicimos como si se tratara de una llamada telefónica”, comparte Larios, quien junto con Osorno ya había iniciado este proyecto desde antes de la crisis sanitaria.
Con Transportista la gente conocerá las historias que un piloto graba desde su celda en Estados Unidos con un celular que le fue enviado por medio de drones. Tras escuchar el primer capítulo, surgen preguntas inevitables: ¿cómo se puede estar inmerso durante tanto tiempo en un negocio donde la vida es una moneda de cambio tan volátil? ¿Cómo es posible que el trasiego de droga se realice con tanta maña pero, al mismo tiempo, con tanto descaro?
“A la gente le interesa permanentemente conocer historias que tengan que ver con la realidad”, dice Larios. “Son contenidos que la gente está pidiendo. A nosotros como periodistas nos interesa contar esas historias más allá de los juicios personales o morales. A nosotros nos toca escuchar, entender y contar”.
Transportista fue producido por Detective, una compañía de periodismo y cine que proyecta historias de la realidad en cualquier tipo de plataformas. Una de las reglas de la empresa es el rigor, sobre todo a la hora de investigar los hechos. La creatividad viene después. Y no por ello es menos importante. Al final, lo que se pretende es narrar acontecimientos complejos a partir de formatos que nacieron, fundamentalmente, para entretener.
“El reto de los periodistas es adaptarse a nuevas plataformas, nuevos lenguajes y nuevas formas de consumir contenido”, asegura Larios, quien siempre ha sido partidario de respetar la inteligencia de las audiencias.
Con Transportista, el público tendrá la oportunidad de descubrir o redescubrir secretos y anécdotas de una de las épocas más polémicas del narcotráfico en América Latina. “Es un repaso por los últimos 30 años de la guerra contra el narco”.