En cinco años, el sindicato “7 de Mayo” pasó de ser un protector de sus agremiados a un ente sumiso, débil y al servicio del gobierno estatal, sostuvo Guadalupe Rodríguez Guzmán, exlideresa de esa agrupación.
Lamentó que desde la llegada de Edgar Tlapale Ramírez al cargo de Secretario General del sindicato, los trabajadores –a excepción de sus familiares y allegados- quedaron desprotegidos y que poco a poco el sindicato se convirtió en un organismo sin credibilidad, sin presencia y que incluso “vendió la causa” .
Por eso, dijo que ante el visible detrimento de los derechos laborales y conquistas sindicales, este martes siete de mayo, día en que la organización sindical cumple 63 años de vida “no hay nada que celebrar”.
Enfática, quien antecedió a Tlapale Ramírez en la Secretaría General del sindicato, lo acusó también de defraudar la confianza de la base trabajadora al generar un retroceso, pues explicó que al momento la única modificación al Convenio del sindicato con los Poderes es un beneficio personal que acorta el tiempo en el que recibirá las cuotas de los agremiados.
LOS PERJUICIOS
En entrevista, Rodríguez Guzmán detalló algunos los perjuicios que desde 2014 han habido al interior del “7 de Mayo”.
Habló sobre el desinterés (en 2014) de Tlapale Ramírez para echar abajo las reformas a la Ley de Pensiones Civiles del Estado que quitó a los trabajadores el beneficio de recibir despensa, el quinquenio y que por ello al menos 100 jubilados que tienen problemas para recibir sus pagos.
Mencionó que pese a estar señalado en el Convenio anual, desde 2015 los empleados de los Poderes no reciben el incremento salarial estipulado por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, al otorgarles solo un porcentaje significativo.
Además, destacó que en el caso de los empleados del gobierno estatal el aumento que reciben se ve reflejado en un sueldo complementario y no en el salario base, lo que repercutirá en el monto que recibirán al momento de su jubilación o pensión.
Sumado a eso –dijo- no hay un destino correcto del dinero por concepto de las cuotas sindicales que Tlapale Ramírez recibe.
ES UN TRAIDOR
Al relatar que ella lo apoyó e impulsó para que se convirtiera en líder del “7 de Mayo”, Rodríguez Guzmán lo acusó de traicionar y engañar al gremio.
“Él nos traicionó, no solo a quienes lo pusimos, sino también a la base trabajadora”.
Agregó que sumado a las arbitrariedades en contra de los agremiados, Edgar Tlapale Ramírez ha basificado a aproximadamente 100 personas, varios de ellos familiares suyos que ingresan con niveles altos.
Indicó que esa situación ocasiona que los ayuntamientos deban pagar más salarios y por lo tanto tengan complicaciones para costear las jubilaciones y pensiones.
La exlideresa aseveró que en las manos del gobernador, Marco Antonio Mena Rodríguez, está la solución al conflicto que “les retiró sus derechos laborales y sindicales” a ella y a una decena más de personas, pues dijo que se trató de un problema político (y no laboral) ocasionado por la administración de Mariano González Zarur.
Dijo que a Edgar Tlapale Ramírez le resta menos de un año en ese cargo y que una vez que eso suceda el sindicato se recuperará y será nuevamente fuerte, aguerrido y respetado, por lo que pidió a los agremiados confiar en ella, aunque aclaró que no buscará ser su líder.
SU JUICIO
Por otro lado, informó que el juicio iniciado en contra del proceso de expulsión del que ella y otros sindicalizados fueron víctimas en 2014 está por terminar, y que solo falta la confesionaria de Edgar Tlapale quien no ha acudido al Tribunal de Conciliación y Arbitraje para hacerlo, eso con la única intención de retrasar la resolución.
Sin embargo, confió en que será una resolución positiva, pero que en caso acudirá al Juzgado de Distrito para lograr el fallo a su favor.
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