A casi dos meses de cumplir un año en pandemia, infantes son vistos con más frecuencia en los semáforos de las comunas más transitadas, como la capital, Chiautempan y Apizaco haciendo malabares para ganarse una moneda y así ir solventando sus necesidades.
Para algunos, la escuela es un sueño lejano, por lo que cada día buscan, solos o con sus padres, la manera de paliar la crisis económica que enfrentan.
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