La Diócesis de Tlaxcala solo reportó una afectación en las iglesias de la entidad. El campanario del templo de Nuestra Señora de Belén, en Atzitzimititlán, municipio de San Pablo Apetatitlán, fue el único que resultó dañado por el sismo registrado la noche del martes.
Para evitar algún incidente mayor y no exponer a la población, las autoridades eclesiásticas determinaron mantener cerrado el inmueble y esperar el dictamen del personal de Protección Civil.
Por lo tanto, las actividades religiosas en este espacio de oración se mantienen suspendidas hasta nuevo aviso, por lo que pidieron a la población atener la recomendación y evitar acercarse a las instalaciones.
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El resto de las iglesias no sufrió daños por el sismo y las fisuras que algunos templos presentan son producto del movimiento telúrico de 2017.
En el recorrido de supervisión realizado por cada párroco en la iglesia que tiene a su cargo, fueron detectadas nuevas afectaciones en los templos católicos, determinación que fue tomada con el apoyo del personal de Protección Civil de cada municipio.
Por lo tanto, la Diócesis de Tlaxcala destacó que hubo saldo blanco respecto al personal humano en cada iglesia.
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A su vez, la parroquia de San José, que lleva cuatro años cerrada por las severas afectaciones que sufrió en septiembre de 2017, no registró mayores afectaciones respecto a las que mantiene desde hace cuatro años, según indicó el sacerdote responsable de este inmueble Marco Antonio Padilla.
- La Diócesis de Tlaxcala con apoyo de los párrocos, continuará con los recorridos de supervisión por los templos para detectar o descartar mayores daños.
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