Solo el silbido del carrito camotero puede volverse parte del paisaje que regalan las tardes con puesta de sol; mientras anochece el vendedor deambula por las calles de las colonias populares de Tlaxcala ofreciendo su peculiar gastronomía.
Plátanos de Tabasco y camotes de Puebla son las frutas que estos comerciantes ofrecen a los habitantes de las localidades del estado, quienes salen a endulzarse el día.
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En Tlaxcala cada vez son menos las personas que se dedican a este ancestral oficio. De hecho, verlos en las calles ya no es tan común, agonizan.
En el municipio de Nopalucan hay cuatro camoteros que recorren las calles a fin de llevar el sustento a sus hogares. Como Fredy Garrido, quien cumple 15 años de caminar cinco horas diarias con la caldera ambulante.
Veinticinco pesos cuesta el camote poblano y el plátano macho tabasqueño, de aquí ha salido para que los hijos estudien, expresó.
Dijo que la gente le socorre al comprarle frutas cocidas a base de vapor.
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"Es un privilegio andar vendiendo, unas veces percibo 400 pesos otras 500, le voy dando vuelta a la ganancia en la compra de leche condensada, leña y frutas", relató.
¿CÓMO FUNCIONA EL HORNO?
El intenso olor a humo de leña se impregna en la memoria de quienes compran plátanos preparados con leche condesada.
Es una caldera que alcanza temperaturas de 350 grados Celsius; el fogón de la leña de pino se observa a lo lejos. El camotero provoca el sonido al oprimir un botón de salida de vapor de agua a presión.
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Fredy camina con el carrito entre la oscuridad; el oficio todavía forma parte de la cultura popular mexicana. Y entre más rápido avanza y se quema el combustible, la fruta se cuece al vapor.
Por ello, si algún camotero pasa por su casa, cómprele, porque llegará el día de la inevitable desaparición. Será el último silbido de la chimenea de los carritos camoteros el que se escuche al anochecer.
OFICIO, ORIGINARIO DE SAN LORENZO MALACOTA
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El oficio inició hace varias décadas en San Lorenzo Malacota, Estado de México, donde cada 13 de agosto celebran una misa en acción de gracias por ese oficio. De ahí salieron los camoteros a conquistar el mercado en todo el país.
- Un carrito pesa unos 350 kilogramos y cuesta entre 10 mil y 15 mil pesos.