Andrés, un bebé que nació el 19-S

Llegó al mundo unas horas antes del desastre que dejó decenas de muertos en varios estados del país

Karla MUÑETÓN

  · miércoles 19 de septiembre de 2018

Andrés es parte de los niños que nacieron el día en que 369 mexicanos perdieron la vida. César Rodríguez

Andrés M. hoy celebra su primer aniversario de vida.

Él es uno de los muchos mexicanos que llegaron al mundo el día en que un terremoto de intensidad 7.1 sacudió al país y causó estragos y muerte en por lo menos nueve estados, pero que provocó las mayores afectaciones en Guerrero, Oaxaca, Estado de México, Puebla, Morelos y Ciudad de México.

Andrés nació el 19 de septiembre, fecha en que en el Hospital de la Mujer hubieron otros 11 alumbramientos, y día que seguramente recordará como su onomástico ya que su corta edad le impedirá acordarse del caos que en ese nosocomio provocó el movimiento telúrico.

Quien sí registró en su memoria cada segundo del temblor fue Selene B., la joven mamá de Andrés, y quien recuerda con miedo ese día.

EL ALUMBRAMIENTO HORAS ANTES DEL SISMO

Andrés nació a las 03:30 horas del 19 de septiembre, unas 10 horas antes del sismo.

Llegó al mundo por cesárea y aunque fue un niño sano estuvo en el nosocomio ubicado en San Matías Tepetomatitlán, municipio de Apetatitlán, hasta que los médicos le dieron el alta a su mamá.

Fue durante el tiempo que Selene estuvo en recuperación cuando sucedió el temblor.

A las 13:14 horas de ese día (momento justo del sismo) en el Hospital de la Mujer era la hora de la visita y Selene estaba acompañada de su esposo que cargaba entre sus brazos al nuevo integrante de esa familia, el segundo hijo de ese matrimonio.

“Como mi hijo fue por cesárea yo todavía tenía los estragos de la anestesia, casi no podía moverme y entonces cuando empezó el temblor mi esposo lo único que hizo fue ponerse sobre nosotros (ella y el bebé) para protegernos”, expresó Selene.

Relató para este Diario que, desde la camilla de una de las habitaciones de la planta baja del hospital, en donde se recuperaba, junto con su esposo fue testigo de cómo se movían las paredes y el edifico que tenían enfrente.

Comentó que en ese momento pensó lo peor. Lo mínimo que los cristales se romperían y que el edificio que tenían enfrente en cualquier momento se derrumbaría; pero también imaginó que Tlaxcala quedaría en ruinas como ocurrió con la Ciudad de México en el terremoto de 1985.

LA EVACUACIÓN DEL HOSPITAL

Al estar convaleciente, la joven mamá de 27 años oriunda de Tetla de la Solidaridad no fue evacuada del hospital, y los únicos que abandonaron la habitación para resguardarse en una zona más segura fueron su hijo recién nacido y su esposo.

Ella fue colocada en una esquina de la recámara, que además sufrió algunas fisuras, hasta que pasó el sismo.

Agregó que fue en ese momento cuando el caos empezó porque poco a poco empezaron a llegar pacientes que provenían del Hospital General de Tlaxcala y que también habían sido evacuados.

“Las camillas eran insuficientes, habíamos muchas personas en el cuarto”, refirió.

NO SABÍA NADA DE SU PRIMOGÉNITO

Aunque sabía que su bebé estaba bien y en manos de su esposo, su angustia llegó al no tener noticias de su primogénito que en ese entonces tenía tres años de edagd y su pánico acrecentó al ver a varias personas entrar en crisis nerviosas.

Mencionó que hasta la tarde de ese día su estrés disminuyó, sobre todo al saber que su familia estaba bien y que, en la entidad, a diferencia de otros estados, el movimiento telúrico había sido benevolente.

El 20 de septiembre le dieron el alta médica y su primera reacción fue percatarse que sus dos hijos y su esposo estaban bien.

A un año de ese sucedo la experiencia para ella y su familia es de “un gran susto”, y agradecen a Dios el no haber tenido pérdidas materiales gravosas o algún deceso.

El bebé Andrés tiene ya un año de vida y será parte de los niños que nacieron el día que 369 mexicanos perdieron la vida.

Selene B. Madre de Andrés

Fue algo que no esperaba, yo agradezco que no nos pasó nada, que nosotros no tuvimos pérdidas humanas ni pérdidas materiales grandes como en otros estados, y pues nuestra casa tuvo algunas grietas, pero solo son daños materiales que van y vienen, afortunadamente solo fue eso”