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Desde que se dio el primer caso de infección por el nuevo coronavirus en marzo del año pasado, la evolución de la pandemia en Tlaxcala ha sido con altibajos, pero las medidas sanitarias implementadas por las autoridades y la responsabilidad de la mayoría de la sociedad evitó una catástrofe de mayores dimensiones, además de que sirvió para cambiar la coloración del semáforo epidemiológico.
Determinaciones como la clausura del Carnaval, la Feria de Tlaxcala, así como las festividades de los diversos pueblos, abonaron a que se pudiera controlar de mejor manera esta emergencia sanitaria.
Si bien las acciones más importantes para evitar la propagación del virus son el lavado de manos, la sana distancia, la aplicación de gel antibacterial y evitar tocarse los ojos, nariz y boca con las manos, el gobierno estatal implementó una serie de acciones tendientes a mantener un control, que en su momento fueron reducir los aforos en espacios públicos, así como el cierre de lugares a cargo de la administración.
Aunado a lo anterior, una de las medidas más positivas que desarrolló la Sesa y que representó un avance en la lucha contra los síntomas de la enfermedad y evitar que se complicaran, fue el uso del tratamiento TNR4, pues en quines lo ingerían en los primeros cinco días de haber aparecido la sintomatología mostraban una mejoría considerable.
Con esta medida, el riesgo y la mortalidad disminuyó en un porcentaje considerable, ya que este procedimiento fue sometido a la revisión de personal científico e, incluso, existe un sustento en una publicación de una revista científica internacional.
Sin embargo, a pesar de las acciones emprendidas hubo meses en los que los contagios y muertes aumentaron considerablemente, como entre julio y agosto, donde se dio el primer repunte por causa del virus SARS-CoV-2, para después estabilizarse y nuevamente en enero pegar con mayor fuerza entre la población.
Sin embargo, fue en los meses pasados cuando la pandemia alcanzó su esplendor, pues fue al inicio de 2021 cuando se registró el mayor número de contagios y muertes, lo que llevó al estado a permanecer en rojo por algún tiempo y con ello reducir a lo mínimo necesario la movilidad.
Y es que de acuerdo con las estadísticas difundidas por la Secretaría de Salud (Sesa), enero terminó con tres mil 246 contagios de Covid-19 y 412 fallecimientos, cifras que representaron en su momento el 29.54 y 28.41 %, respectivamente, del total de casos registrados durante la pandemia.
Con eso, ese mes se colocó como el que más contagios y decesos presentó hasta este momento, esto a pesar de que julio de 2020 había sido el de mayor cantidad con dos mil 823 casos positivos y 357 fallecimientos, seguido de agosto con mil 892 y 285 casos, respectivamente.
Empero, fue para septiembre y principios de noviembre de 2020 cuando la entidad registró un descenso en ambos rubros, lo que en su momento provocó pasar de naranja a amarillo en el semáforo epidemiológico.
EL REPUNTE
Porque después de la tormenta viene la calma, en noviembre aumentaron de manera repentina los casos, después de que dos días no se presentaran fallecimientos y de que en los primeros días los contagios oscilaron los 20 casos diarios.
Pero derivado del llamado Buen Fin y el aumento en la movilidad, fueron 15 días después que nuevamente incrementaron las cifras y que crecieron nuevamente pasadas las fiestas decembrinas, las cuales provocaron la reunión de las familias y sin mantener las medidas sanitarias necesarias.
En ese punto, los hospitales se vieron casi saturados por la alta demanda de servicios médicos, aunque siempre hubo espacio para recibir a los infectados.
LOS ASINTOMÁTICOS
Si bien es difícil registrar a las personas que fueron asintomáticas, ya que no buscan atención médica, el titular de la Sesa, René Lima Morales, estimó que al menos el 80 % de quienes pudieron estar en contacto con el virus fue asintomático, esto solo dilucidado por la tasa de ataque del virus.
Eso sí, puntualizó que aquellos que no presentaron síntomas, pero sí fueron diagnosticados con el contagio, fue gracias a la búsqueda activa que realizan de los contactos del positivo.
De igual forma, aclaró que a todos aquellos que su prueba resultó positiva se realizó la búsqueda activa, por lo que gracias a ellos pudieron romper infinidad de cadenas de contagio, pues es a todos los que tuvieron contacto real con el infectado.
LA DISPARIDAD EN LAS CIFRAS
En este rubro, el funcionario explicó que debido a que la carga de los datos en la plataforma puede tardar hasta tres semanas, además de que existen personas en espera de resultado, el cual demora tres días, existe una disparidad entre los casos positivos, los recuperados y las defunciones, ya que los Institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), así como la propia Sesa llenan esta estadística.
“Es cuestión de que la plataforma se alimente para que los números puedan cuadrar, pero a veces tarda de dos a tres emanas, pues el Issste continúa mandando pruebas con ellos, no así el IMSS, que lo hace en el hospital de La Raza, en la Ciudad de México, lo que produce el retraso”, aclaró.
EL INICIO DE LA VACUNACIÓN
Aunque a corto plazo la vacunación no es la solución al control de la pandemia, el inicio de la estrategia nacional fue una luz al final del camino para muchos, pues desde el pasado 15 de febrero, fecha en que inició el suministro del biológico a los mayores de 60 años, ya han sido más de 300 mil dosis.
7,493 positivos se han registrado en la Sesa, seis mil 804 en el IMSS, mil 912 en el Issste y mil 730 en otros espacios médicos.
EL APUNTE
Se han recuperado 12 mil 743 personas, 17 mil 939 casos positivos y dos mil 408 fallecimientos se han registrado.
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