Los patrones en el consumo de agua han cambiado considerablemente. Con mucha menos contaminación, hace unas décadas era común beber el agua que sale directamente de las tuberías, incluso de los manantiales y ríos. Actualmente, el grueso de los tlaxcaltecas prefiere el agua purificada, aunque le implique un gasto adicional.
Los temas de higiene, calidad, que no contengan virus, microorganismos, bacterias o hasta metales pesados han sido algunas de las razones para que los garrafones de agua purificada vayan ganando terreno entre los hogares.
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Por esta demanda, en los últimos tres años en la entidad se ha incrementado hasta 12 % la apertura de establecimientos encargados de purificar el agua, según datos de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Tlaxcala (Coeprist). Son los municipios de Tlaxcala, Apizaco y Huamantla los que tienen mayor presencia de estos comercios al contabilizar 412.
Con respecto a los costos, las familias tienen tres opciones, llenar un garrafón de 20 litros a un costo de 12 a 15 pesos, comprar con los repartidores a domicilio quienes brindan el contenedor con un valor de 19 a 20 pesos o adquirir el líquido de marcas reconocidas que los ofrecen entre 40 y 60 pesos.
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Todos los establecimientos de este tipo, del ámbito privado y público, son regulados y deben seguir normas para brindar agua de calidad, libre de impurezas y apta para el consumo humano. Además, cumplir con la licencia de funcionamiento, contar con los insumos para purificar el líquido con un tratamiento físico y químico para eliminar contaminantes, tener el equipo apropiado para el procedimiento y sus instalaciones deben ser adecuadas para lavar, llenar y sellar los garrafones.
Las purificadoras establecidas son supervisadas de manera aleatoria para corroborar que cumplan con los lineamientos de salud en la calidad del vital líquido, aseguró Francisco Jiménez Campos, titular de la Coeprist. Otro de los requisitos es que, cada seis meses, el personal de la dependencia toma muestras para ser revisadas y cumplan con los parámetros.
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Tengan confianza en el agua que consumimos en Tlaxcala, es confiable y limpia, no hemos detectado graves irregularidades, la Coeprist está al pendiente porque el 90 % de la población consume agua purificada embotellada,dijo.
Los riesgos de consumir un agua que no fue correctamente purificada son las enfermedades gastrointestinales, de ahí que solicitó a la población reportar las irregularidades en los garrafones en las instalaciones de la Coeprist, situadas en avenida Antonio Díaz Varela número 74 en Santa Ana Chiautempan.
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Las etapas de la purificación del agua son: retención de partículas perceptibles al ojo humano -basura-; retención del cloro residual, olores y sabores; retención de partículas menores a cinco micras; desinfección y suavización. Y NOM-127 y NOM-201 son las normas oficiales que regulan los tratamientos del agua para consumo.
- 12 pesos o más cuesta llenar un garrafón de 20 litros.
- 412 purificadoras de agua se encuentran en los municipios de Tlaxcala, Apizaco y Huamantla.
Con información de Fabiola Vázquez | El Sol de Tlaxcala
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