De acuerdo con los números del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cada vez más personas se inclinan por negar la existencia de Dios o de cualquier divinidad, es decir el ateísmo, lo cual ha pegado al catolicismo que cada año pierde más adeptos.
Sin embargo, el censo de 2020 señala que en Tlaxcala el 85.0 % de la población profesa la religión católica, el 6.3 % dijo ser protestante o cristiano-evangélico y en tercer lugar se ubican las personas sin religión con 2.4 %. En comparación con el censo del año 2000, el 91.1 % de personas tlaxcaltecas declaró ser católica, el 3.3 % protestantes o evangélicas, el 2.1 % dijo no pertenecer a alguna religión, y bíblicas no evangélicas, 2.0 %; mientras que los adeptos a otras religiones alcanzaron apenas el 0.8 %.
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El vocero de la Diócesis, Ranulfo Rojas Bretón, calificó el aumento de ateos como una “llamada de atención” para los diversos cultos y la sociedad misma, pues es importante creer en algo para marcar nuestros propios límites.
Por otro lado, fisioterapeutas especializados en la rama espiritual recomiendan diversas técnicas para “sanar el alma”, sin necesidad de que la gente se adoctrine a una religión, entre ellas, el Reiki, meditación y distintas técnicas.
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Por ejemplo, en el Reiki los practicantes imponen sus manos sobre la persona a la vez que se concentran en transferirles “energía universal”, lo cual, aseguran, favorece la autosanación.
Las técnicas de meditación y visualización relajan a quienes las practican, pues reducen las preocupaciones, el miedo y la angustia, además, aumenta la capacidad de concentración, el autoconocimiento y la confianza en la intuición.
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Otra técnica espiritual que la gente cada vez más practica es la neochamánica que está basada en rituales y dinámicas psicológicas que utilizan el contacto con la naturaleza, la meditación, el ayuno, técnicas de respiración y plantas.
La medicina antroposófica ayuda a conocer el interior de cada persona, pues está basada en la visión del hombre según el filósofo Rudolf Steiner, quien aseguró que la humanidad es el resultado de la superposición de distintos cuerpos o dimensiones: físico, emocional y espiritual.
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