Sin fertilizantes ni productos químicos, una pareja de San Lucas Cuauhtelulpan, municipio de Tlaxcala, produce un promedio de 23 toneladas de jitomate orgánico cada año.
Al interior de un invernadero, durante mayo son sembradas casi dos mil plantas de dicha hortaliza que son nutridas con compostas y productos naturales para evitar afectaciones a la salud y el medioambiente.
El proyecto surgió hace cuatro años por Claudia Lima Xochihua, ingeniera agroecóloga, quien se ha dedicado a la producción de jitomate y hortalizas orgánicas.
Precisó que cultivar de manera orgánica es más complicado que cuando se tiene la ayuda de químicos y fertilizantes, pues las plagas y enfermedades son difíciles de controlar con productos naturales, pero no es imposible.
“La plaga más fuerte es la mosquita blanca, la combatimos con trampas con adherente y bañamos las plantas con higuerilla”.
Agregó que el crecimiento de las plantas orgánicas es más lento, de ahí que la producción tiene un mes de retraso por lo que cosechar el fruto tarda hasta 120 días, mientras que el promedio es de tres meses con químicos que aceleran el crecimiento y desarrollo.
Explicó que el proceso de cultivo comienza desde abril con el arado de la tierra, a mediados de mayo comienzan con la germinación de la planta que tarda hasta 30 días de un tallo, mientras que la de dos tallos tarda hasta 50 días.
Posteriormente, a mediados de agosto inicia la cosecha de jitomate, que puede prolongarse hasta por siete u ocho meses.
“A partir de la cosecha cortamos el jitomate cada ocho días, en diferentes colores y tamaños, las familias pueden acudir con sus hijos para cortar el fruto y se puedan involucrar en el proceso”, dijo.
APUESTA A LA VARIEDAD AGUAMIEL
Este año, Claudia Lima plantará por primera vez la variedad Aguamiel, debido a la producción y resistencia a las enfermedades de cenicilla, botrytis y entrenudos, pero en años anteriores ha trabajado los tipos Cid, 057A y 12227.
Aseveró que la pandemia afectó severamente la venta del jitomate, incluso perdieron clientes y durante el año pasado vendieron hasta en tres y cuatro pesos el kilogramo del fruto para recuperar la inversión. Además, se ha visto en la necesidad de ofertar su producto en redes sociales.
Aclaró que aunque es un producto orgánico no tiene mayor costo que el cultivado con químicos, pues el precio es el mismo en el mercado.
Puntualizó que la planta de jitomate es muy delicada y requiere muchos cuidados, de ahí que su jornada es de las 8:00 a las 18:00 horas.
“Cultivar jitomate requiere mucha inversión de tiempo y dinero, jamás hemos recibido algún apoyo del gobierno a pesar de las diversas solicitudes para rehabilitación, nos hemos acercado a Sedatu y Sefoa, pero al parecer los apoyos son para quienes menos lo necesitan”, lamentó.
Finalmente, pidió apoyar a la economía local y visitar el invernadero situado en la calle Adolfo López Mateos sin número, en el barrio de Zapotla, en San Lucas Cuauhtelulpan, municipio de Tlaxcala, así como vía telefónica al 246 129 2995.
PRODUCCIÓN
- La variedad Aguamiel de jitomate orgánico será la que producirán este año en Cuauhtelulpan, los clientes peuden pedirla a aprtir de agosto en colores “rayado”, naranja y rojo, así como en tamaño mediano, grande y extragrande.
Cultivar jitomate requiere mucha inversión de tiempo y dinero, jamás hemos recibido algún apoyo del gobierno
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