Baja paso de migrantes por llegada de Guardia Nacional, en Apizaco

A Jairo de 28 años, originario de El Salvador, le dicen el ‘tres veces mojado’

TOMÁS BAÑOS | El Sol de Tlaxcala

  · miércoles 18 de septiembre de 2019

Para muchos indocumentados la única solución para salir del rezago es abandonar su patria para siempre, arriesgando la vida al cruzar los ríos de varios países/Tomás Baños

La presencia de Centroamericanos por los municipios de Tlaxcala, donde cruza el tres de Ferrocarriles Nacionales de México, ha disminuido en los últimos 60 días reportaron autoridades del albergue la Sagrada Familia en Apizaco.

Elías Dávila Espinoza, responsable de la casa del migrante, reportó que para el primer semestre del año, habían sido atendidos unos tres mil indocumentados y de persistir hasta diciembre superarían los siete mil, con un total de 42 mil recibidos de 2010 a la fecha.

Sin embargo, la presencia de elementos de la Guardia Nacional (GN) y del Instituto Nacional de Migración, en los límites con Guatemala, disminuyó en forma notable su paso.

Dávila Espinoza argumentó que esto se debe a las políticas de seguridad impuestas en forma reciente por el gobierno de la República en sus fronteras.

Expuso que recientemente concluyeron la construcción del albergue con techumbre de concreto y paredes pulidas, con una capacidad para cien personas (hombres, niños y mujeres).

Más de cinco mil kilómetros recorren los ilegales desde Centroamérica hasta los Estados Unidos de Norteamérica/Tomás Baños

‘SOY EL TRES VECES MOJADO’: JAIRO

Originario de El Salvador, Jairo de 28 años, hace alusión a la canción “tres veces mojado” de los Tigres del Norte.

De hecho, sobre los rieles del tren en la estación de Apizaco, así lo llaman sus compañeros de viaje provenientes de Honduras.

Entrevistado antes de abordar a la “bestia” de acero que lo ha conducido durante dos mil 500 kilómetros desde su tierra en Centroamérica, expuso que ha sorteado varios peligros entre el bosque, la selva y los ríos de Guatemala y México.

Expresó que su quimera es llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, aunque corre el riesgo que después de recorrer cinco mil kilómetros, pierda la vida a caiga preso.

Comentó que lleva 40 días de viaje “ahora tenemos que darle la vuelta a los de la Guardia Nacional hacia el oriente de Chiapas, hay que caminar muchos días… llevo a mi Cristo conmigo, quiero ser tres veces mojado, cruzar el río Bravo y trabajar para mandar dinero a mi viejita”.

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