Baterías de flujo, otra alternativa para el almacenamiento de energía

Actualmente son desarrolladas por académicos de la UNAM, con el objetivo de aprovechar las energías renovables

Fabiola Caballero | El Sol de Tlaxcala

  · jueves 24 de septiembre de 2020

Foto: Cortesía | Pixabay

La red eléctrica del país podría ser suministrada gracias a baterías de almacenamiento de energías renovables como la solar o la eólica, proyecto que está en actual desarrollo por tres grupos de investigación de la Facultad de Química, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El plan liderado por el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL), busca generar dispositivos para almacenar energía eléctrica, entre ellos, batería de flujo a través de electrolitos orgánicos.

Parte de los esfuerzos en la primera etapa del proyecto pensado a cinco años, fue rediseñar un sistema teórico para predecir las solubilidades de los compuestos orgánicos en agua y garantizar que ésta fuera la óptima.

En este sentido, Víctor Ugalde, coautor de la investigación, señaló en el artículo publicado en Gaceta UNAM que se encontraron parámetros interesantes y se van a transferir las recomendaciones al grupo de síntesis para observar si se pueden incorporar grupos que garantizan una solubilidad adecuada.

Si se obtienen buenos resultados nos beneficiará, porque podrá trabajarse con volúmenes más pequeños, hacer pruebas de manera más eficiente y determinar qué sustancias son las que tienen las mejores características para la etapa ya realizada, que es la prueba en una pila. Una vez que pase la prueba, se va a la batería.

Añadió que la siguiente etapa será comenzar con el escalamiento, la idea es poner una batería, es decir, colocar varias pilas en serie, que tenga 10 celdas. Una pila de las que estamos trabajando da unos 1.2 volts. Queremos crear un ensamble con esa sustancia para hacerlo en un prototipo con mayor capacidad de almacenamiento y verificar cómo opera en esas condiciones.

Y es que regularmente, precisó, los prototipos de baterías comerciales utilizan metales como el vanadio, que son escasos y tienen un precio elevado en el mercado. La ventaja con éstos es que se está pensando en materiales orgánicos: En el proyecto tenemos como objetivo sustituir los electrolitos actuales para disminuir el costo de las baterías y que sean más atractivas para su implementación en campo.

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