En 2015 inició el Programa Nacional de Bebederos Escolares como una medida para garantizar el acceso al agua potable y disminuir el consumo de bebidas azucaradas entre la comunidad estudiantil, según la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed). No obstante, la estrategia quedó en el olvido y la mayoría de los centros educativos ya no cuenta con este servicio.
De acuerdo con la información de la Secretaría de Educación Pública del Estado (Sepe), la estrategia estaba contemplada hasta 2019 a cargo del Inifed, en total fueron instalados 190 en escuelas públicas de nivel básico. Actualmente, ya no está vigente y quedó en el abandono, pues el gobierno de la administración anterior no le dio continuidad.
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Cifras aportadas por el Departamento de Infraestructura de la Sepe que encabeza Claudia Ivette Palafox Hernández, detallaron que en la primera etapa, planeada de 2015 a 2016, fueron instalados 120 bebederos en escuelas preescolares, primarias y secundarias de 40 municipios de Tlaxcala.
Para el siguiente periodo comprendido de 2016 a 2017, proyectaron 153 infraestructuras, pero solo construyeron 70 debido a problemas con el filtrado, situación que fue detectada por el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (IMTA) al determinar que el líquido no era óptimo para consumo por no cumplir los parámetros de calidad.
De 2017 a 2018 estaban planeados 153, pero ya no instalaron más porque continuaba esa complicación, de ahí que solicitaron a la empresa contratada que cumpliera con los parámetros, pero no hubo continuidad y dio paso a la recesión del contrato.
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Según la Sepe, el plan fue adoptado por los padres de familia al disminuir o evitar el consumo de bebidas azucaradas en sus hijos.
Personal de la dependencia educativa informó que durante el confinamiento social, comprendido de 2020 a 2022, debido a la pandemia por Covid-19, muchos bebederos fueron habilitados como lavamanos, pero reconocieron que la mayoría permanece en el abandono. Además, la estrategia de Inifed contemplaba el mantenimiento de estos instrumentos, pero al ser un costo elevado optaron por no darle seguimiento y el programa dejó de existir.
Agregó que la aplicación del programa federal ya no le tocó a la administración estatal actual, de ahí que al no seguir vigente fueron reciclados los materiales por iniciativa de algunos padres de familia.
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Detalló que algunas escuelas que los mantienen, al menos la infraestructura, son el internado Amarillas, ubicado en Apetatitlán; el jardín de niños Anita de Cervantes, situado en Ocotlán, municipio de Tlaxcala y la secundaria general José Vasconcelos, en Papalotla, por mencionar algunos, pero desconocen el funcionamiento, aunque lo más probable es que hayan quedado obsoletos por el tiempo transcurrido.
CAMBIAR HÁBITOS, LA ESTRATEGIA
El Programa Nacional de Bebederos Escolares surgió para cumplir los requerimientos de la Reforma Educativa de mejorar la calidad de aprendizajes, lo que implicó atender de manera simultánea el cambio de hábitos alimenticios que perjudican la salud de la población escolar y favorecen al sobrepeso y obesidad, aspectos que afectan los niveles de aprovechamiento en las escuelas, así lo precisó la información contenida en el portal electrónico del Gobierno de México sobre la estrategia.
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El texto puntualizó que ofrecían acceso al agua potable para la ingesta, mejorar la calidad de los planteles y ser un auxiliar para revertir y modificar los hábitos de consumo de bebidas azucaradas, lo que convertía al programa del Gobierno de la República en un instrumento para mejorar la salud y bienestar de los educandos al brindar consumo gratuito de agua potable en los plateles escolares.
Para no poner en riesgo la salud de los consumidores, pues en algunas zonas del país el agua contiene contaminantes químicos y físicos que alteran su color, olor y sabor, contaban con filtros y equipos de desinfección y potabilización necesarios para asegurar que el líquido fuera apto para el consumo humano y estuviera libre de microorganismos patógenos causantes de infecciones gastrointestinales y enfermedades diarreicas.
El Inifed dividió al territorio estatal en cinco regiones y Tlaxcala estaba en la cuarta de la zona centro y contemplaba 120 bebederos durante 2015-2016, pero la mayor cantidad fue instalada en Chiapas con mil 833 y la cifra más baja fue proyectada para Aguascalientes con solo siete. Para el ciclo escolar 2016-2017, para Tlaxcala contemplaron la instalación de 153.
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En la estrategia también colaboraron las comunidades escolares y Consejos escolares de participación social para la educación, el IMTA, Comisión federal para la protección contra riesgos sanitarios, las Secretarías de educación pública de los estados, institutos de la infraestructura educativa de las entidades y empresas contratistas encargadas de la instalación y mantenimiento de los bebederos.
- Los bebederos ofrecían acceso al agua potable para la ingesta, mejorar la calidad de los planteles y ser un auxiliar para revertir y modificar los hábitos de consumo de bebidas azucaradas de los educandos.
- En la primera etapa, comprendida de 2015 a 2016, fueron instalados 120 bebederos en escuelas públicas de nivel preescolar, primaria y secundaria de 40 municipios de Tlaxcala.
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- De acuerdo con la información de la Secretaría de Educación Pública del estado (Sepe), la estrategia estaba contemplada hasta 2019 a cargo del Inifed, en total fueron instalados 190 en escuelas públicas de nivel básico.